(Cinco Días, 09-12-2025) | Mercantil, civil y administrativo
Consumo apunta a Baleares, Comunidad Valenciana y Canarias como las comunidades con mayores subidas de precios al renovar los alquileres
El inicio de la desescalada tras los meses más duros de la pandemia de la covid-19 impulsó con fuerza el mercado del alquiler en España. Con el fin de los confinamientos y el progresivo retorno a la normalidad, miles de personas, movidas por la recuperación económica y la movilidad laboral, firmaron nuevos contratos de arrendamiento. Ahora, cinco años después -el plazo fijado por la Ley de Arrendamientos Urbanos- muchos de esos contratos están empezando a expirar y pueden renovarse. Sin embargo, la situación actual es muy distinta a la de entonces, tanto por la presión residencial en las grandes ciudades como por la evolución de los precios. Según cálculos del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, unos 630.000 contratos -que afectan a alrededor de 1,6 millones de personas- deberán renovarse el próximo año, con incrementos que pueden llegar a 383 euros mensuales, lo que supone hasta 4.600 euros más al año en los casos más elevados. El departamento dirigido por Pablo Bustinduy, a partir de datos del Panel de Hogares (elaborado por el INE, la Agencia Tributaria y el IEF), estima que en 2020 se firmaron unos 568.500 contratos que ya estarían afrontando importantes revisiones este año. En 2021 se suscribieron 632.369, por lo que la ola de renovaciones será aún mayor, con un encarecimiento medio de 1.735 euros anuales por vivienda según la variación del precio por metro cuadrado en este periodo. Las diferencias territoriales, no obstante, son muy significativas. Según los datos del ministerio, Baleares será la comunidad más afectada: los 24.456 contratos que deben renovarse aumentarán de media más de 4.600 euros anuales. En la Comunidad Valenciana, los 62.500 contratos pendientes subirán casi 2.700 euros al año. Canarias afrontará incrementos de unos 2.267 euros por cada uno de los cerca de 40.000 contratos en esa situación. En Madrid -donde se concentran 145.800 renovaciones, la cifra más alta del país- el aumento medio será de 2.042 euros, y en Andalucía y Cantabria rondará los 1.900 euros. Las subidas más suaves se producirán en Melilla (328 euros), Ceuta (784 euros) y Aragón (831 euros). Cataluña queda fuera del cálculo, ya que dispone de control de precios en las llamadas zonas tensionadas, donde vive el 80% de la población, lo que impide incrementos superiores al IPC. Tampoco hay datos del País Vasco y Navarra, excluidos del Panel de Hogares por su régimen foral. El ministerio aclara que estos cálculos son aproximados, tanto en el número de afectados como en el impacto económico. A las localidades catalanas con control de precios se suman otras ciudades, como A Coruña, y tampoco se contemplan los hogares que hayan abandonado la vivienda antes del fin del contrato ni los arrendamientos de propietarios con personalidad jurídica, que se renuevan a los siete años. También quedan fuera los alquileres de zonas con poco dinamismo de mercado. Pese a todo, el departamento de Bustinduy defiende que el Gobierno debería aprobar la renovación automática de los contratos que vencen en los próximos meses, congelando los precios y permitiendo únicamente la actualización anual conforme al IPC, como ocurre habitualmente. El objetivo, explican, es "proteger a los inquilinos ante la escalada de precios y permitir que puedan desarrollar sus proyectos de vida". Fuentes de Sumar señalan que la propuesta ya ha sido enviada al Ministerio de Vivienda, controlado por el PSOE, pero que aún no han recibido respuesta. Aunque ambos socios coinciden en el diagnóstico, mantienen diferencias sobre las medidas. Vivienda afirma que una congelación obligatoria por decreto-ley requeriría convalidación parlamentaria, algo para lo cual no existe mayoría. Recuerdan además que varias iniciativas de Sumar en materia de vivienda han decaído recientemente por falta de apoyos. Desde el Ministerio de Vivienda insisten en la necesidad de actuar con "rigurosidad" y evitar generar expectativas que puedan frustrar a la ciudadanía. También subrayan que los límites a las subidas podrían aplicarse en todas las zonas con problemas de acceso a la vivienda si los gobiernos autonómicos del PP quisieran adoptarlos. "Son ellos quienes permiten que los alquileres puedan subir sin control", señalan. Entre octubre de 2020 y octubre de 2025, el mercado del alquiler ha vivido un aumento sostenido de los precios. A nivel nacional, la oferta ha pasado de 10,8 euros/m² a 14,5 euros/m², un 34% más, según datos del portal Idealista. Para una vivienda tipo de 80 m², esto implica pasar de 864 a 1.160 euros mensuales, es decir, 300 euros más al mes (3.600 euros al año). "Estas cifras confirman la urgencia de intervenir en el mercado del alquiler. Es una emergencia y debemos actuar", reiteran desde Sumar. Por su parte, el Ministerio de Vivienda explica que continúa trabajando en la regulación de los contratos de temporada para combatir el fraude, así como en mecanismos para frenar la oferta ilegal de viviendas turísticas y limitar su expansión donde exista rechazo vecinal.
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