(El País, 03-12-2025) | Mercantil, civil y administrativo

La economía mundial ha conseguido absorber mejor de lo previsto el impacto de los nuevos aranceles y la incertidumbre geopolítica derivados de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Sin embargo, persisten varios riesgos que ensombrecen las perspectivas de los próximos años. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señala como amenazas un posible repunte del proteccionismo que frene el comercio internacional, una corrección brusca de las elevadas valoraciones bursátiles -infladas por los beneficios empresariales asociados al auge de la inteligencia artificial- y los fuertes desequilibrios fiscales acumulados, que podrían encarecer la deuda pública y lastrar el crecimiento. "El panorama sigue siendo delicado", resume el organismo con sede en París en su más reciente informe de previsiones económicas, publicado este martes.

Con este contexto, la OCDE mantiene sin cambios sus estimaciones de crecimiento global: prevé una ralentización durante los dos próximos años y un ligero repunte posterior. Calcula que el PIB mundial crecerá un 3,2% en 2025, retrocederá al 2,9% en 2026 y volverá a repuntar al 3,1% en 2027. La eurozona continuará avanzando a un ritmo débil, algo por encima del 1% interanual. Estados Unidos tampoco destacará: tras el 2% previsto para este año, se espera un crecimiento del 1,7% en 2026 y del 1,9% en 2027.

Junto con estas proyecciones, la organización vuelve a pedir que se protejan los mercados abiertos y se mantengan los flujos de intercambio internacional. En sus Perspectivas económicas, insiste en que "el diálogo constructivo entre países es esencial para lograr una solución estable a las tensiones comerciales y mejorar las expectativas económicas". Según la OCDE, un mercado global abierto y operativo "favorece niveles de vida más altos y un crecimiento más sólido".

El llamamiento a favor del libre comercio llega acompañado de previsiones menos optimistas para el comercio mundial. Tras una expansión estimada del 4,2% este año, la OCDE pronostica una caída hasta el 2,3% en 2026 y una recuperación moderada al 2,8% en 2027. "Dado el frágil contexto económico global, los países deben intensificar sus esfuerzos para mantener un diálogo que permita resolver las tensiones comerciales y reducir la incertidumbre política", recalcó el secretario general, Mathias Cormann, durante la presentación del informe.

España vuelve a situarse entre los países con mejores perspectivas de crecimiento. La OCDE mantiene sus previsiones: un avance del 2,9% en 2025, del 2,2% en 2026 y del 1,8% en 2027. Aunque se trata de tasas descendentes, todas superan ampliamente la media de la eurozona. El informe atribuye este buen comportamiento a "la sólida creación de empleo y al crecimiento de los salarios reales", que seguirán sosteniendo el consumo, así como al impulso de la inversión derivado de los fondos europeos.

No obstante, el organismo repite las advertencias ya señaladas en su informe específico sobre España: los desequilibrios fiscales siguen siendo importantes, especialmente por el elevado nivel de deuda pública, que pese a haber bajado desde los picos de la pandemia continúa cerca del 100% del PIB. Además, las presiones de gasto a largo plazo -por el envejecimiento demográfico y el aumento del coste de las pensiones- suponen un riesgo significativo. Por ello, la OCDE reclama medidas para contener el gasto en pensiones, recortar partidas ineficientes y reforzar los ingresos públicos. También propone facilitar el entorno empresarial para estimular la inversión y la productividad, reduciendo cargas administrativas y regulatorias y armonizando normativas entre distintos niveles de la administración.

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