(El País, 28-07-2025) | Mercantil, civil y administrativo
Cómo afecta a España el acuerdo arancelario alcanzado entre la UE y EE UU
La Unión Europea ha acordado aplicar un arancel del 15% a sus exportaciones dirigidas a Estados Unidos, en un acuerdo cerrado entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el mandatario estadounidense, Donald Trump. Este entendimiento, alcanzado el domingo, llega casi cuatro meses después de que la Casa Blanca diera inicio formal a su ofensiva comercial global. A pesar del nuevo impuesto, el impacto en la economía española será limitado, ya que solo el 5% de sus exportaciones tiene como destino EE. UU. No obstante, hay sectores que podrían verse más afectados, como el agroalimentario -incluyendo aceite y vino-, así como la maquinaria y los equipos eléctricos. Las negociaciones entre Bruselas y Washington comenzaron a mediados de abril, pocos días después de que Trump anunciara una ola de aranceles a escala global, alterando el equilibrio económico internacional. Durante los meses siguientes, en medio de la presión de los mercados, Trump cambió de rumbo varias veces, pospuso medidas y selló acuerdos bilaterales con países como Reino Unido y Japón. En ese lapso, diversos organismos elaboraron estudios para calcular el posible efecto de estas tarifas. El Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó que España sería una de las economías menos afectadas dentro de la UE por un arancel del 10%, inicialmente previsto por Washington, que incluso llegó a hablar de un 20% para Europa. Según el FMI, cada 10 puntos porcentuales de arancel se traducen en una reducción del 0,1% del PIB español. Así, el arancel del 15% pactado implicaría una caída estimada del 0,15% en la actividad económica a corto y medio plazo. El Banco de España presentó una estimación similar: con un arancel del 10%, proyectaba una reducción del 0,11% del PIB en un periodo de tres años. La razón principal de este impacto limitado está en el bajo nivel de intercambio comercial entre España y Estados Unidos. De hecho, España mantiene un déficit comercial con ese país: en 2024 importó bienes por más de 28.000 millones de euros y solo exportó cerca de 18.000 millones, generando un saldo negativo de unos 10.000 millones. Además, los servicios -que no están sujetos a estos aranceles- ocupan un lugar importante en las relaciones económicas bilaterales. Aun así, ciertos sectores sí sentirán con mayor intensidad las consecuencias del acuerdo, como ya ocurrió durante el primer mandato de Trump con otras medidas similares. Uno de los casos más notables es el del vino: Estados Unidos es el segundo mayor comprador de vino envasado español (después del Reino Unido) y el principal destino de los vinos espumosos. En 2024, las exportaciones españolas de vino a EE. UU. alcanzaron los 390 millones de euros, según la Federación Española del Vino (FEV). El aceite de oliva también está entre los productos más vulnerables. Según el Ministerio de Economía, España exporta productos agroalimentarios a EE. UU. por más de 3.500 millones de euros al año, y más de 1.000 millones corresponden al aceite de oliva. Desde el punto de vista del consumidor estadounidense, esto también supone un encarecimiento, ya que más del 30% del aceite que consume proviene de España, al igual que una proporción similar de las aceitunas. Otro sector con gran exposición es el de maquinaria y material eléctrico y mecánico, que depende en gran medida del mercado estadounidense. Las exportaciones españolas en este rubro superaron los 4.000 millones de euros en 2024. También destacan las manufacturas de piedra, vidrio, joyería, y los productos metálicos, todos ellos con ventas a EE. UU. superiores a los 1.000 millones de euros, según datos de la Cámara de Comercio. Los productos químicos y farmacéuticos también tienen una presencia significativa en el mercado estadounidense, con exportaciones por encima de los 3.000 millones de euros el año pasado. Sin embargo, de acuerdo con la información preliminar del acuerdo, estos sectores podrían quedar parcialmente exentos del nuevo arancel. Von der Leyen ha indicado que ciertos productos considerados estratégicos -como algunos medicamentos, químicos, componentes aeronáuticos, chips y artículos agrícolas- estarán libres de aranceles. Más allá del impacto directo del gravamen del 15%, que variará según el sector, hay que tener en cuenta los efectos indirectos. El acuerdo afecta por igual a todos los países miembros de la UE, ya que el bloque actúa como un mercado único y no se permite establecer tarifas diferenciadas por nación. Este contexto genera implicaciones adicionales. Por ejemplo, España no exporta automóviles completos a EE. UU., pero sí piezas que otros países europeos usan para fabricar vehículos destinados al mercado estadounidense. Estos también estarán sujetos al arancel del 15%, que sustituye al 25% previo, lo cual tendrá efectos en cadena. Además, si la economía europea -ya debilitada- sufre una desaceleración por la guerra comercial, será más difícil redirigir la producción afectada hacia otros mercados alternativos.
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