(El Economista, 20-05-2025) | Laboral
El absentismo por incapacidad temporal se dispara
Según las estimaciones del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, el aumento del empleo ha tenido un efecto directo en la intensidad de la actividad laboral, medida por los días realmente trabajados. En 2024, el promedio de días trabajados por cada cotizante ha subido un 2,9%, y desde 2019, este incremento alcanza un 12,6%. Estos datos buscan aportar más contexto al debate sobre el absentismo laboral en España, aunque también evidencian un notable incremento de las bajas por incapacidad temporal (IT): los días cotizados pero no trabajados por esta causa se han incrementado un 11,9% en el último año y un 61,3% desde 2019. En concreto, el promedio anual de días en IT por cada trimestre cotizado en 2024 se situó en 76,4, con un pico en el cuarto trimestre, que alcanzó los 78,5 días. Por esta razón, el ministerio liderado por Elma Saiz prefiere usar la media anual de los cuatro trimestres como referencia. Estos datos proceden de los registros administrativos de la Tesorería General de la Seguridad Social, tanto en afiliación como en bases de cotización, y complementan las estadísticas de horas trabajadas ya publicadas anteriormente. En cuanto a la incapacidad temporal, estas horas afectadas ascienden a 423.025 millones, aunque no se distingue entre empleos a jornada completa o parcial, por lo que el dato en días ofrece mayor precisión. En los tres últimos meses de 2024 se contabilizaron 1.436,5 millones de días cotizados, mientras que el promedio anual se situó en 1.419,4 millones, lo que supone un aumento del 2,19% respecto a 2023 y un 14,7% más en comparación con 2019. Esto equivale a una media de 85,3 días cotizados por trimestre y por cotizante, 2,1 días más que hace cinco años. De este total, 76,4 millones de días no se trabajaron por IT, a los que se suman 10,9 millones correspondientes a otras prestaciones como permisos de paternidad, y 1,16 millones relacionados con expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). En conjunto, los llamados "días en periodos suspensivos" alcanzan una media de 88,5 millones por trimestre, lo que representa un aumento del 9,7% respecto al año anterior y del 57,9% respecto a 2019. Estas cifras indican que un 6,23% de los días cotizados no se trabajaron y que, de media, cada afiliado faltó 5,3 días por trimestre a su puesto. Descontando estas ausencias, el número de días realmente trabajados se sitúa en 1.330,9 millones, lo que supone un 12,6% más que en 2019 y un 2,9% más que el año pasado. En términos individuales, cada cotizante trabajó de media 80 días por trimestre en 2024, una cifra similar a los 79,3 días de 2023, pero notablemente superior a los 72 registrados en 2020. El hecho de que la media de días trabajados no haya crecido más, pese al aumento del número de empleados, no se percibe necesariamente como negativo. Sin embargo, se debe tener en cuenta que con la reforma laboral, la contratación indefinida ha ganado peso, lo que alarga los periodos de cotización. En este contexto, el incremento de los días no trabajados refleja también un posible obstáculo en forma de absentismo. Desde el punto de vista de la Seguridad Social, el absentismo se relaciona directamente con la incapacidad temporal, que ya era la principal causa de ausencias antes de la pandemia. En la actualidad, esta representa el 5,38% del total de días cotizados, un máximo histórico que equivale a una media de 4,6 días de ausencia por trimestre y por afiliado. Aunque los 76,3 millones de días afectados por IT no suponen una parte excesiva del total, su aumento relativo es muy superior al de los días realmente trabajados: un 61% más desde 2019 y un 11,3% más en solo un año. Este fuerte repunte genera inquietud en el tejido empresarial por el impacto económico que conlleva. Aunque los datos oficiales no son tan alarmantes como los presentados por consultoras privadas, sí confirman que el problema persiste y no ha retrocedido desde la pandemia. Durante los años 2020 y 2021, los ERTE fueron los principales responsables de las suspensiones laborales. Solo en el segundo trimestre de 2020 se superaron los 258 millones de días afectados por ERTE, y la media de ese año fue de 118,4 millones, más del doble que los días perdidos por IT. En los años posteriores, estas cifras han descendido notablemente hasta rondar el millón de días, aunque siguen por encima de los niveles prepandemia. En términos acumulados, los días en suspensión laboral han crecido un 42% respecto a 2019 y un 12,7% solo en 2024. Pese a que la media anual es más estable, los datos trimestrales muestran una mayor variabilidad: en el último trimestre de 2024 se dispararon hasta 1,8 millones, un 85% más que en el mismo periodo de 2023. Aunque estas cifras siguen siendo pequeñas en comparación con las registradas durante la pandemia, el repunte reciente resulta llamativo en el contexto actual del mercado laboral.
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