(El Economista, 07-05-2025) | Laboral
España tendrá la segunda jornada laboral más corta de la UE si prospera la reforma de Díaz
El proyecto del Ministerio de Trabajo para establecer por ley una jornada laboral de 37,5 horas semanales inicia esta semana su andadura parlamentaria, un proceso complejo y lleno de incertidumbres. Lo único claro es que, si la propuesta impulsada por la vicepresidenta Yolanda Díaz prospera, España se alejaría del patrón mayoritario en la Unión Europea y pasaría a situarse entre los países con las regulaciones más estrictas en materia de tiempo de trabajo, solo por detrás de Francia, donde la jornada de 35 horas está vigente desde principios del siglo XXI. No obstante, incluso en el caso francés, existen importantes matices. Allí, el límite de 35 horas se aplica con una flexibilidad que no está prevista en la propuesta española: se permite ampliar la jornada mediante acuerdos que otorgan descansos o vacaciones adicionales, y las empresas cuentan con incentivos fiscales, como bonificaciones en las cotizaciones sociales. En contraste, el plan del Gobierno español solo contempla ayudas puntuales para pymes, una solución que no ha logrado convencer al sector empresarial. Según los datos de Eurostat y EU Eurofound, la mayoría de los países de la UE mantiene el límite legal de 40 horas semanales, como ocurre actualmente en España, Italia, Grecia y gran parte de Europa del Este y del Norte. Por su parte, Alemania y los Países Bajos permiten jornadas de hasta 48 horas, e incluso hasta 60 si se incluyen horas extraordinarias compensadas con pagos adicionales u otros beneficios. En Bélgica, donde el límite es de 38 horas, se observa un acercamiento al objetivo de Díaz. Sin embargo, se trata de una economía pequeña que ha funcionado como un banco de pruebas en temas laborales. Desde 2022, por ejemplo, se permite concentrar la jornada semanal en cuatro días, pero esta iniciativa no ha alcanzado los resultados esperados, como ha admitido su propio Gobierno. A nivel práctico, España ya presenta particularidades que evidencian un uso efectivo del tiempo de trabajo inferior al límite legal. Según la Encuesta de Población Activa de 2024, en algunos sectores la jornada real ya ronda las 35 horas semanales. Para un análisis más detallado, los datos de Eurostat -aunque con cierto retraso respecto a los del INE- muestran que los trabajadores a tiempo completo trabajaron de media 36,3 horas por semana en el último trimestre disponible, y los de jornada parcial, 19,3. En términos anuales, la media se sitúa en 37,8 y 19,6 horas respectivamente. Este desajuste entre lo establecido y lo real pone de relieve una queja recurrente de los sindicatos: algunas empresas usan contratos a tiempo parcial para reducir la jornada en una o dos horas y, con ello, recortar salarios. Aunque esta no es una práctica generalizada, sí afecta a un número significativo de personas. En 2024, alrededor de 1,6 millones de trabajadores en España estaban subempleados, la cifra más alta de toda la UE. El reducido número de horas trabajadas también se relaciona con un problema estructural del mercado laboral español: la baja productividad por empleado, un fenómeno persistente en la economía nacional.
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