(Cinco Días, 22-07-2025) | Mercantil, civil y administrativo

Las exportaciones españolas que podrían verse directamente afectadas por la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos ascienden a unos 15.100 millones de euros, lo que representa aproximadamente el 83% del total de las ventas al país norteamericano. No obstante, si se consideran también los efectos indirectos, el impacto global podría alcanzar los 22.700 millones de euros. Así lo ha indicado el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, este lunes durante su intervención en la Comisión de Economía, Comercio y Transformación Digital del Congreso de los Diputados.

La Unión Europea mantiene la esperanza de lograr un acuerdo comercial con Estados Unidos antes del 1 de agosto. Sin embargo, el ministro ha advertido de que los aranceles estadounidenses podrían poner en riesgo unos 380.000 millones de euros en exportaciones comunitarias, es decir, cerca del 70% del total que la UE vende al mercado estadounidense. Aunque, en conjunto, la economía española muestra una menor vulnerabilidad en comparación con otros países europeos, Cuerpo ha destacado que a nivel sectorial las diferencias son notables, y algunos sectores concretos presentan una dependencia mucho mayor del mercado americano.

Un ejemplo significativo es el de las grasas y aceites, donde se incluye el aceite de oliva, cuyas exportaciones a Estados Unidos superan los 1.000 millones de euros. "Se trata del volumen más elevado dentro de nuestras exportaciones a ese país, con una exposición que ronda el 20% del total del sector en este mercado", ha precisado el ministro.

Desde el punto de vista macroeconómico, el Gobierno prevé que el conflicto arancelario podría tener un impacto equivalente a una décima del PIB en 2025. Cuerpo ha lamentado que el escenario global actual está marcado por una creciente incertidumbre, lo que complica y retrasa decisiones clave en inversión y consumo. Esta situación de inestabilidad ha llevado incluso al Fondo Monetario Internacional (FMI) a revisar a la baja las previsiones de crecimiento para la mayoría de las economías avanzadas de cara a 2025, con la excepción de España, cuya proyección ha sido ajustada al alza hasta el 2,5% para ese año.

Ante este contexto, el ministro ha insistido en la importancia de mantener una actitud abierta al diálogo para lograr un acuerdo en las próximas semanas, pero también ha advertido que la Unión Europea no puede pecar de "ingenuidad" y debe prepararse para la posibilidad de que no se alcance ningún pacto antes del 1 de agosto. "Debemos tener un plan de acción preparado si no se llega a un acuerdo", ha subrayado, al tiempo que ha defendido la necesidad de fortalecer el mercado interior europeo y diversificar las relaciones comerciales, mencionando como ejemplo el impulso al acuerdo con Mercosur.

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