(El Economista, 23-07-2025) | Mercantil, civil y administrativo
La Comisión Europea se prepara para fortalecer su capacidad de defensa frente a la entrada de empresas extranjeras que operen en el mercado único con el respaldo de subvenciones. Para ello, Bruselas está elaborando unas directrices destinadas a aplicar el Reglamento sobre Subvenciones Extranjeras, que permitirán frenar adquisiciones empresariales o la participación en licitaciones públicas cuando se detecte financiación estatal de países no pertenecientes a la UE que pueda generar competencia desleal.
Esta iniciativa se presenta en un momento clave, ya que el próximo 24 de julio la presidenta Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo António Costa y la alta representante Kaja Kallas viajarán a China. En Pekín, Von der Leyen y Costa mantendrán encuentros tanto con el presidente Xi Jinping como con el primer ministro Li Qiang, en un contexto marcado por las investigaciones europeas en curso sobre las subvenciones chinas a sectores como el automóvil eléctrico y la industria de paneles solares.
El reglamento, en vigor desde julio de 2023, otorga por primera vez a las instituciones comunitarias la facultad de investigar, controlar e incluso impedir operaciones empresariales financiadas por ayudas de gobiernos extracomunitarios que puedan alterar las reglas de competencia dentro del mercado europeo. Las nuevas directrices, actualmente sometidas a consulta pública hasta el 12 de septiembre, definirán cómo se interpretará y aplicará esta norma.
Hasta la aprobación de este reglamento, la legislación europea solo regulaba las ayudas de Estado concedidas por los países miembros, dejando sin cobertura legal las subvenciones procedentes de terceros países que pudieran beneficiar injustamente a compañías foráneas en procesos de inversión, compra de empresas o licitaciones en la UE.
El Reglamento 2022/2560 corrige esta laguna legal y establece un mecanismo de control sobre las compañías extranjeras que, habiendo recibido apoyo económico de sus gobiernos, aspiren a adquirir empresas en la Unión o a competir por contratos públicos.
Entre los principales avances que introducen las nuevas directrices destaca la obligación de notificar previamente ciertas operaciones. Por ejemplo, las fusiones o adquisiciones deberán comunicarse si una de las partes genera más de 500 millones de euros en ventas dentro del territorio comunitario y el grupo ha recibido más de 50 millones de euros en subvenciones extranjeras en los tres años anteriores.
En el caso de la contratación pública, las empresas deberán declarar si han recibido más de 4 millones de euros en ayudas externas cuando se presenten a concursos cuyo valor supere los 250 millones de euros. Además, la Comisión podrá exigir notificaciones fuera de estos umbrales cuando detecte indicios de distorsión o podrá iniciar de oficio una investigación si lo considera oportuno.
Las directrices también explican cómo se valorará si una subvención extranjera altera la competencia. Para que se considere distorsionadora, deberán cumplirse dos condiciones: que la ayuda mejore la posición competitiva de la empresa beneficiada en el mercado único y que dicha mejora tenga un impacto negativo, real o potencial, sobre el entorno competitivo. Bruselas identificará además ciertos tipos de ayudas particularmente problemáticas, como las concedidas a empresas en dificultades, las garantías sin límite, el respaldo a licitaciones con precios anormalmente bajos o las subvenciones destinadas a facilitar adquisiciones dentro de la UE.
En los casos donde se confirme una distorsión, la Comisión podrá imponer medidas correctoras, como la devolución parcial o total de la ayuda, la modificación de la operación o la imposición de condiciones que limiten el uso de la subvención. Incluso podrá bloquear adquisiciones o impedir que una empresa se adjudique un contrato público. El reglamento prevé también un mecanismo de evaluación global que permite autorizar una ayuda extranjera si sus efectos beneficiosos -como el fomento de la innovación, la sostenibilidad o el interés estratégico para la Unión- superan su impacto negativo en la competencia.
"Desde su entrada en vigor, el Reglamento sobre subvenciones extranjeras busca corregir los desequilibrios generados en el mercado interior por apoyos financieros de terceros países. Esta normativa ha cerrado el vacío legal que existía en comparación con el estricto control que se aplica a las ayudas estatales concedidas por los Estados miembros. Con la publicación del borrador de directrices, las partes interesadas tienen ahora la oportunidad de colaborar con la Comisión para reforzar la previsibilidad y la transparencia en su aplicación", ha declarado la vicepresidenta Teresa Ribera.