(Expansión, 14-07-2025) | Mercantil, civil y administrativo
Europa redobla su apuesta por la negociación pese al revés de los aranceles del 30% de Trump
La guerra comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos entra en una nueva etapa tras la última amenaza arancelaria, justo cuando todo indicaba que se estaba cerca de alcanzar un entendimiento inicial. Para la Comisión Europea, la situación se afronta con normalidad, como un día más en el trabajo. Así reaccionaron al anuncio hecho el sábado por el presidente estadounidense, Donald Trump, quien comunicó su intención de imponer un arancel del 30% a los productos europeos a partir del 1 de agosto. Este nuevo gravamen supera en 10 puntos porcentuales al anunciado el 2 de abril, que marcó el inicio de las tensiones comerciales. Bruselas había realizado intensas gestiones para lograr un acuerdo preliminar antes del 9 de julio, fecha en la que debía concluir la tregua arancelaria establecida previamente por Trump. Sin embargo, estos esfuerzos no dieron frutos, ya que las nuevas decisiones adoptadas por Washington no son fruto de un consenso, sino medidas unilaterales impuestas por EE.UU. Pese a que la situación pueda parecer un retroceso, fuentes europeas insisten en que se trata simplemente de una nueva fase dentro de un complejo proceso negociador. Desde Bruselas se sigue apostando por el diálogo como vía principal para reconducir la relación con Estados Unidos, y aunque las nuevas amenazas son motivo de preocupación, no alterarán el objetivo final de alcanzar un entendimiento. "Desde el 1 de agosto de 2025, aplicaremos un arancel del 30% a los productos procedentes de la Unión Europea, además de los aranceles específicos ya existentes", declaró Trump en una carta enviada a las autoridades europeas. En esa misma misiva, advirtió que si la UE respondía con nuevas tarifas, esas se añadirían al 30% ya anunciado. El mandatario justificó su decisión asegurando que estos impuestos son necesarios para corregir décadas de políticas comerciales europeas que, según él, han generado enormes déficits perjudiciales para la economía y la seguridad de EE.UU. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reaccionó con prudencia. Aunque el anuncio estadounidense complica aún más la reconstrucción de los lazos comerciales transatlánticos, su respuesta fue moderada: aseguró haber tomado nota de la carta de Trump y la calificó como un posible punto de partida para seguir negociando. "Seguimos dispuestos a trabajar para lograr un acuerdo antes del 1 de agosto", afirmó Von der Leyen. Para evitar una mayor escalada del conflicto y dar margen a la negociación, la presidenta anunció también que se mantendrá en suspenso la aplicación de medidas europeas en respuesta, al menos hasta agosto. Paralelamente, la UE ya tiene preparadas represalias en caso de no llegar a un acuerdo. La Comisión cuenta con una lista de productos estadounidenses valorados en 21.000 millones de euros sobre los que se aplicarían aranceles del 10% al 25%, y está trabajando en otra lista adicional con bienes por unos 97.000 millones de euros. Ambas medidas estaban listas para activarse esta misma semana si las conversaciones fracasaban. "Intentamos actuar con madurez", comentan fuentes comunitarias sobre el motivo del nuevo aplazamiento de sus contramedidas. El objetivo ha sido siempre proteger el comercio entre ambos bloques. En 2023, el volumen de intercambio de bienes y servicios entre la UE y EE.UU. alcanzó los 1,6 billones de euros, convirtiéndose en los mayores socios comerciales mutuos. A pesar del tono constructivo y la suspensión temporal de sus propias medidas, Von der Leyen no ocultó su preocupación por las acciones del presidente estadounidense. "Aplicar un arancel del 30% a nuestras exportaciones afectaría gravemente las cadenas de suministro transatlánticas, perjudicando tanto a empresas como a consumidores y pacientes en ambas regiones", criticó la dirigente alemana. Estos nuevos aranceles son una medida demasiado drástica para que Europa la acepte sin más, especialmente teniendo en cuenta que en las últimas semanas había mostrado flexibilidad, reduciendo sus exigencias con la intención de llegar a un acuerdo, en parte por presiones de Alemania. Según Bloomberg, Bruselas estaba dispuesta a aceptar aranceles del 10%, siempre que se excluyesen sectores estratégicos como el farmacéutico, el alcohol, los semiconductores y la aviación comercial (Airbus). Hoy, los ministros de Comercio de la UE se reúnen en Bruselas para analizar la situación y consensuar una postura común frente a Washington. Al mismo tiempo, la Comisión continúa su esfuerzo por diversificar los mercados de exportación. Ayer mismo, Von der Leyen alcanzó un acuerdo político con el presidente de Indonesia, Prabowo Subianto, para avanzar hacia un tratado de libre comercio, que se espera pueda concretarse en septiembre.
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