(El País, 02-05-2025) | Fiscal
Alemania, anteriormente adalid de la disciplina fiscal en la Unión Europea, ha sido el primer país en solicitar la activación de la cláusula de escape que permite aumentar el gasto en defensa, incluso si eso implica incrementar la deuda pública. La decisión del Gobierno alemán de abandonar su tradicional objetivo de déficit cero con el fin de reforzar su capacidad militar refleja el profundo cambio de rumbo en Europa ante la guerra de Ucrania, la amenaza que representa Rusia y el distanciamiento de Estados Unidos, hasta ahora principal garante de la seguridad europea. Junto a Alemania, otros quince países han manifestado su intención de acogerse a esta herramienta clave dentro del nuevo plan europeo de rearme, y doce de ellos ya han presentado su solicitud formal antes del plazo flexible fijado para el 30 de abril. España, por su parte, aún está deliberando.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, señaló este miércoles que la fecha establecida por la Comisión Europea es orientativa, y que Bruselas ya ha confirmado que los países interesados podrán acogerse a la cláusula más adelante. "Todavía no hemos tomado una decisión, la iremos valorando en los próximos meses", explicó tras el Consejo de Ministros. Cuerpo consideró positiva la posibilidad de que los Estados miembros puedan utilizar este margen de maniobra dentro del marco fiscal.
Ante la amenaza de una posible agresión rusa en los próximos años, advertida por servicios de inteligencia europeos, la UE ha entrado en una nueva fase de inversión militar. La Comisión Europea ha planteado un ambicioso plan de 800.000 millones de euros hasta 2030 para reforzar la autonomía defensiva del continente. De esa cifra, unos 650.000 millones provendrán directamente de los presupuestos nacionales, razón por la cual Bruselas ha flexibilizado las reglas fiscales, permitiendo a los países aumentar su gasto en defensa hasta en un 1,5% del PIB anual -más allá del límite de déficit del 3%- durante cuatro años sin sanciones.
Este impulso presupuestario se acompaña del programa SAFE (Acción de Seguridad para Europa), que contempla hasta 150.000 millones en préstamos con condiciones favorables para adquisiciones militares conjuntas, incluyendo procedimientos más rápidos, simplificados y exenciones fiscales. Esta iniciativa, junto con la flexibilidad fiscal, forma parte del programa europeo bautizado como ReArm. En respuesta a las reticencias de países como Italia y España, donde parte de la sociedad rechaza el aumento del gasto militar, la Comisión ha optado por presentar el proyecto bajo el paraguas más amplio de "seguridad".
El incremento del gasto en defensa también responde a la presión de Estados Unidos, que reclama a sus aliados europeos no solo que cumplan el objetivo de destinar el 2% del PIB a defensa -acordado en el marco de la OTAN-, sino que incluso superen ese umbral y lleguen al 3%. España está rezagada en este aspecto. No obstante, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el 22 de abril una inversión adicional de 10.471 millones de euros en defensa para 2025, alcanzando un total de 33.123 millones y cumpliendo así el objetivo del 2% con cuatro años de antelación respecto a lo previsto inicialmente para 2029. En 2024, el gasto militar fue del 1,40% del PIB, por encima del 1,28% proyectado. Desde Sumar, socio de coalición del PSOE, han rechazado la medida por considerarla desproporcionada y contradictoria con los principios del Ejecutivo.
Los países que ya han solicitado formalmente la cláusula de escape son aquellos que perciben una mayor amenaza por parte de Rusia: Alemania, Bélgica, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Grecia, Hungría, Letonia, Polonia y Portugal. Además, Bulgaria, Chequia, Croacia y Lituania han expresado su intención de hacer lo mismo, aunque aún no han presentado la documentación necesaria. Italia, en cambio, ha decidido no utilizar esta herramienta.
Esta cláusula permite a los países desviarse de las trayectorias fiscales pactadas o del camino fijado para corregir déficits excesivos, siempre que existan circunstancias excepcionales con un fuerte impacto en las finanzas públicas.
Además de Alemania, que ha modificado su Constitución para permitir el aumento del gasto militar, otros países tradicionalmente prudentes con la deuda también han elevado significativamente su inversión en defensa. Polonia, que limita con Kaliningrado, Bielorrusia y Ucrania, es uno de los más destacados: lidera la OTAN en proporción de gasto militar respecto al PIB, con un 4,2% en 2024 y con planes de elevarlo al 4,7% en 2025. En 2022, al inicio de la invasión rusa a gran escala, el gasto representaba el 2,7% del PIB.
Valdis Dombrovskis, comisario europeo de Economía, celebró la activación de esta cláusula por parte de varios países, subrayando que "la UE da un paso decisivo para fortalecer su preparación y gasto en defensa". Añadió que la Comisión seguirá abierta a nuevas solicitudes y que garantizará una coordinación adecuada para que esta flexibilidad fiscal sirva a los objetivos defensivos sin comprometer la solidez de las finanzas públicas.
Ahora, la Comisión evaluará cada solicitud y enviará sus recomendaciones al Consejo como parte del paquete del Semestre Europeo previsto para la primavera de 2025. El Consejo tendrá entonces un mes para emitir su decisión. En un comunicado oficial, el Consejo valoró positivamente esta herramienta, destacando que contribuirá de forma significativa a reforzar la seguridad de la Unión y a proteger a su ciudadanía. Asimismo, confió en que esta medida ayude a reducir las dependencias estratégicas de Europa, paliar sus carencias en capacidades militares y consolidar su base industrial y tecnológica en materia de defensa.