(El País, 27-05-2025) | Laboral

El 35% de las empresas en España señala la escasez de personal cualificado como el principal obstáculo para su crecimiento, según los últimos datos recogidos por las encuestas empresariales del Banco Mundial. Este informe, basado en 1.431 entrevistas a empresas repartidas por todo el país y presentado en la Cámara de Comercio de Madrid, forma parte del programa Enterprise Surveys, que evalúa de forma periódica el entorno empresarial en distintos países mediante consultas a empresarios y ejecutivos. La preocupación por la falta de trabajadores con la formación adecuada supera ampliamente a otros factores como la legislación laboral (18%) y la presión fiscal (16%).

Aunque estos desafíos son comunes en muchas economías analizadas, Jorge Rodríguez Meza, jefe de la Unidad de Análisis Empresarial del Banco Mundial, señaló que en el caso español afectan de manera transversal a empresas de todos los tamaños. El problema se acentúa especialmente en las grandes empresas, donde un 41% identifica la falta de personal cualificado como el principal impedimento para su desarrollo. Este porcentaje se reduce al 36% en las medianas empresas y al 33% en las pequeñas.

Además, los empresarios destacan otros obstáculos como el acceso a financiación, la incertidumbre política o la complejidad de los trámites y permisos necesarios para operar. Por su parte, las barreras arancelarias -un tema candente en el contexto de la guerra comercial impulsada por el expresidente estadounidense Donald Trump- no se incluyen entre los principales problemas para 2024, aunque podrían adquirir relevancia si el conflicto se intensifica. De ser así, las empresas españolas podrían ver comprometida su competitividad.

Actualmente, las compañías españolas demuestran una notable eficiencia en sus operaciones exteriores: tardan de media 4,4 días en procesar exportaciones directas en aduanas, por debajo de los 5,8 días de promedio en países de altos ingresos. Asimismo, casi el 22% de las empresas exportan directamente al menos el 10% de su producción, superando el 17,7% de media en otras economías avanzadas.

Pese a los desafíos señalados por los encuestados, el tejido empresarial en España se mantiene dinámico. El crecimiento anual real de las ventas alcanza el 3,9%, y el empleo crece a un ritmo del 5,6%, cifras que superan el promedio registrado en Europa y Asia Central. Estos resultados reflejan que, a pesar de los obstáculos estructurales, el entorno empresarial continúa generando actividad económica y empleo.

Uno de los puntos más positivos del estudio es el alto grado de formalidad y baja incidencia de corrupción en el ámbito empresarial. El 94,6% de las empresas estaban registradas legalmente desde su creación y solo un 0,4% indicó haber sido víctima de sobornos o presiones indebidas. Este dato sitúa a España por encima de la media regional en términos de transparencia institucional y buen gobierno, según destaca el Banco Mundial.

En cuanto a la financiación, la situación presenta luces y sombras. Aunque casi todas las empresas (98%) disponen de cuenta corriente, únicamente el 40% accede a préstamos bancarios para financiar sus inversiones. La mayoría continúa dependiendo de recursos propios (67%), lo que indica que, aunque existe un sistema financiero desarrollado, no todos los segmentos empresariales tienen acceso igualitario al crédito. Además, apenas un 27% utiliza crédito comercial de proveedores para financiar su capital circulante, lo que limita las alternativas de liquidez.

En el ámbito de la infraestructura, el informe señala que los cortes de electricidad son muy poco frecuentes -con una media mensual de solo 0,3 interrupciones-, pero existen notables retrasos en la obtención de servicios básicos. Por ejemplo, conectar una empresa a la red eléctrica puede tardar hasta 58 días, mientras que los trámites para obtener permisos de construcción se prolongan una media de 84 días, muy por encima de lo habitual en países con niveles de ingresos similares. Estas demoras implican costes adicionales y reducen el atractivo para nuevas inversiones.

Por último, la economía informal sigue siendo un problema relevante: un 26,3% de las empresas encuestadas afirma competir con negocios no registrados, lo que introduce una competencia desleal y presiona los márgenes de las empresas legalmente establecidas.

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