(El País, 10-07-2024) | Mercantil, civil y administrativo

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, está dispuesto a afrontar las presiones políticas en un momento crucial para la economía de Estados Unidos. Powell destacó la semana pasada -de manera inusual- la importancia de la independencia del banco central en un apartado especial de su informe de política monetaria. Reafirmará esta postura el martes en el Senado y el miércoles en la Cámara de Representantes. Esa independencia implica tomar decisiones sobre las tasas de interés en función de la economía y no de la política, como bajar o no los tipos de interés antes de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre según las condiciones económicas. Powell ha declarado que esperará "más datos positivos" antes de actuar.

"La Reserva Federal ha indicado que no considera apropiado reducir el rango objetivo del tipo de interés de los fondos federales hasta que tengamos más confianza en que la inflación se está moviendo de manera sostenible hacia el 2%", señaló Powell en su declaración inicial. "Los datos del primer trimestre de este año no respaldaron esa mayor confianza. Sin embargo, las lecturas de inflación más recientes han mostrado un modesto avance adicional, y más datos positivos reforzarían nuestra confianza en que la inflación se está moviendo de forma sostenible hacia el 2%", añadió.

Los inversores esperan con gran interés el dato de inflación del mes de junio, que se publicará este jueves. Los últimos datos de empleo, aunque algo contradictorios, muestran un panorama general de enfriamiento del mercado laboral. La economía también ha frenado su crecimiento y el ahorro extraordinario acumulado durante la pandemia se ha agotado. Si los precios colaboran, como hicieron en mayo, la Reserva Federal podría estar dispuesta a bajar los tipos en la reunión del 17 y 18 de septiembre. Las cotizaciones de mercado otorgan una probabilidad de más de dos tercios a este escenario.

Los tipos de interés están en su nivel más alto en los últimos 23 años, en el rango del 5,25%-5,5%. Los miembros de la Reserva Federal señalaban en sus últimas previsiones una única rebaja de tipos de 0,25 puntos hasta final de año, pero algunos aún esperaban dos recortes. Powell reitera que dependerá de los datos.

El banquero central ha revisado el mercado laboral, concluyendo que varios indicadores sugieren que las condiciones han vuelto más o menos al punto en que estaban antes de la pandemia: fuerte, pero no sobrecalentado. En cuanto a la inflación, tras la falta de avances hacia el objetivo del 2% en la primera parte del año, "las lecturas mensuales más recientes han mostrado un modesto progreso adicional". Las expectativas de inflación a largo plazo parecen estar bien ancladas.

En ese contexto, Powell ha dicho que las decisiones se tomarán reunión a reunión. Nadie espera un cambio en la reunión de este mes, pero quizás sí en la siguiente. "Sabemos que reducir la restricción monetaria demasiado pronto o en exceso podría estancar o incluso revertir los avances observados en inflación. Al mismo tiempo, dados los progresos en la reducción de la inflación y el enfriamiento del mercado laboral en los últimos dos años, el aumento de la inflación no es el único riesgo que enfrentamos. Relajar la política monetaria demasiado tarde o demasiado poco podría debilitar indebidamente la actividad económica y el empleo", dijo, sugiriendo que el enfoque ahora está en elegir el momento adecuado para actuar.

Su declaración inicial concluyó con un recordatorio de la independencia operativa de la Reserva Federal por ley, y en la primera pregunta sobre los aranceles que quiere imponer Donald Trump, subrayó que no entra en temas de campaña. "Nos esforzamos mucho por no comentar información electoral, simplemente no lo hacemos, y tampoco comentamos la política comercial, tenemos tareas muy específicas e importantes y tratamos de ceñirnos a ellas", dijo Powell.

Sobre lo que sí respondió fue un cambio de postura en relación con los requisitos de capital para los bancos. Powell informó a los senadores que la Reserva Federal y otros reguladores revisarán una propuesta del año pasado que habría incrementado significativamente la cantidad de capital que los bancos deben mantener para cubrir posibles pérdidas. Los grandes bancos estadounidenses se opusieron fuertemente a la propuesta, alegando que requisitos de capital más estrictos les obligarían a reducir los préstamos a consumidores y empresas.

Las entidades financieras estadounidenses incluso lanzaron anuncios televisivos contra la plena implementación de Basilea III. Powell indicó que los tres principales reguladores financieros (la Reserva Federal, la Corporación Federal de Seguros de Depósitos y la Oficina del Contralor de la Moneda) están cerca de acordar una nueva propuesta que se someterá a comentarios públicos.

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