(El Economista, 14-05-2024) | Laboral

Las empresas de trabajo temporal son ampliamente reconocidas como símbolo de precariedad laboral en España, principalmente debido a su modelo de negocio, el cual implica contratar trabajadores para cederlos a otras empresas con el fin de cubrir necesidades eventuales de mano de obra. Según datos del Ministerio de Trabajo, el año pasado un total de 702.623 personas se encontraron en esta situación. Sin embargo, el número de "contratos de puesta a disposición" de terceros ascendió a 3,6 millones, lo que equivale a una media de 5,1 contratos por cada trabajador contratado por una ETT. Esta alta volatilidad impacta negativamente en su capacidad para generar empleo neto, ya que se necesitan contratar 3,6 trabajadores para sumar a un solo afiliado a la Seguridad Social.

¿Cómo ha evolucionado esta rotación tras la reforma laboral, que ha restringido la contratación temporal pero ha permitido a las ETT hacer contratos fijos discontinuos? Los datos sobre el empleo generado y gestionado por estas empresas son especialmente complejos.

Es importante considerar tres variables: los trabajadores contratados por las ETT, las cesiones a otras empresas y el número de "contratos de puesta a disposición" o CPD. Esta métrica se refiere a "cada uno de los llamamientos para realizar un trabajo durante un período determinado entre la empresa usuaria y el trabajador cedido por la ETT". Es decir, las veces consecutivas o no en las que un trabajador es 'renovado' en un mismo puesto.

En 2023 se produjeron 2.152.684 cesiones de trabajadores, lo que implica 3,1 por cada uno de los trabajadores contratados inicialmente por una ETT. Sin embargo, estas cesiones se tradujeron a su vez en 3.611.672 millones de CPDs, lo que arroja una ratio media de 1,7. Esto significa que la mayoría de los empleados cedidos fueron 'renovados' o volvieron a ser llamados por la misma empresa cliente de la ETT al menos una vez. En otras palabras, cada trabajador en nómina de una ETT es cedido al menos tres veces, pero encadena cinco contratos con la misma u otras empresas. Antes de la reforma, esta ratio era de 5,3.

Una de las sorpresas al analizar la serie histórica es que, en 2022, el primer año de vigencia de la nueva ley, se alcanzó el máximo de trabajadores contratados por ETT, con 807.704 personas, según los registros de Trabajo. Esto puede explicarse por varios factores, como el repunte de la actividad económica tras la pandemia, los cambios en la contratación temporal que llevaron a muchas empresas a externalizar sus empleos eventuales y el aumento de la contratación de fijos discontinuos para puesta a disposición.

En 2023, la cifra se redujo un 13%, hasta los 702.623, lo que indica un claro ajuste, aunque aún está muy lejos de los mínimos de la serie histórica. Por su parte, las cesiones de trabajadores y los contratos de puesta a disposición (especialmente los segundos) han experimentado una caída más gradual después de la reforma, aunque siguen estando muy por debajo de sus mínimos históricos.

Esta evolución sugiere que la reforma laboral ha detenido la tendencia de las ETT desde la crisis financiera hasta la pandemia, pero no está claro si la ha revertido por completo. Los datos de los dos primeros meses de 2024 muestran un repunte significativo: los trabajadores contratados por ETT crecieron un 5,5% y los CPD un 15,5% en comparación con el mismo período de 2023. Sin embargo, este periodo temporal es demasiado corto para extrapolarlo al resto del año.

Lo que sí está claro es que la capacidad de las ETT para generar empleo 'real' sigue siendo muy limitada. Los datos del Trabajo revelan que el promedio anual de afiliados contratados por las ETT para su puesta a disposición fue de 192.340, una cifra muy inferior a los 702.623 contratos registrados por el SEPE.

La discrepancia entre ambas métricas puede interpretarse como un indicador de la volatilidad del empleo. En este caso, indica que las ETT contrataron a 3,6 trabajadores para generar un empleo neto. Esta ratio es menor que el 3,85 registrado en 2019, pero sigue siendo más alta que en 2016 y 2017.

Aquí es donde surgen las incógnitas. Aunque las ratios de trabajadores cedidos y contratos de puesta a disposición sobre trabajadores contratados también muestran una mejora después de la reforma laboral, parece insuficiente. ¿La razón? Que la normativa permite por primera vez a las empresas de trabajo temporal hacer contratos indefinidos, aunque sean fijos discontinuos.

Como se sabe, estos trabajadores se dan de baja en la Seguridad Social cuando no son requeridos y vuelven a darse de alta cuando la empresa los necesita nuevamente. Esto hace que sean indefinidos pero mucho más volátiles que los contratos ordinarios. Aunque las ETT afirman que sus trabajadores fijos discontinuos tienen más periodos de actividad que otros sectores, en 2023 supusieron el 40% de los contratos de puesta a disposición, no se observa una mayor creación de empleo neto ni una mejora sustancial en las ratios de trabajadores contratados y cedidos. Aunque la falta de datos impide profundizar en este aspecto, lo mínimo que se puede decir es que el permiso para hacer contratos fijos discontinuos en las ETT no ha servido para reducir significativamente la rotación de sus empleos.

ARE YOU LOOKING

FOR PERSONAL OR BUSINESS ADVICE?

Make your inquiry online or come visit us