(El Economista, 23-05-2025) | Laboral

La reforma del sistema asistencial de protección por desempleo ha venido acompañada de un incremento en el número de personas que reciben subsidios, que ya alcanzan las 802.173, lo que representa un aumento del 6,45% respecto al año anterior, a pesar de que el desempleo general ha disminuido. Esta cifra es la más alta desde mayo de 2021, aunque todavía se encuentra lejos de los niveles registrados durante la crisis financiera, cuando se superó el millón de beneficiarios. No obstante, se ha alcanzado un nuevo récord en cuanto a los mayores de 50 años que perciben estas ayudas, superando por primera vez los 550.000. De ellos, el 84,5% recibe el subsidio específico para mayores de 52 años, que asciende a 480 euros mensuales y es el único que puede cobrarse hasta alcanzar la edad de jubilación.

Este escenario sugiere que la reforma de las prestaciones, cuyo objetivo era optimizar el gasto y hacerlo más eficaz como instrumento para facilitar el acceso al empleo -en línea con las recomendaciones de la Comisión Europea- se enfrenta a un reto importante: el envejecimiento de la población desempleada. La mayoría de los parados de larga duración, precisamente los más necesitados de apoyo, quedan al margen del efecto práctico de esta reforma.

La nueva normativa, que fue aprobada tras un proceso legislativo complejo marcado por el rechazo inicial en el Congreso, entró en vigor en noviembre del año pasado. Uno de los cambios clave fue el aumento progresivo de la cuantía de los subsidios: se fijó en 570 euros durante los primeros seis meses (el 95% del IPREM), luego desciende a 540 euros (90% del IPREM) durante los siguientes seis meses y, finalmente, se estabiliza en 480 euros (80% del IPREM), que era la cuantía anterior a la reforma.

Esta escala pretendía incentivar la búsqueda de empleo, aunque en realidad el tramo más bajo sigue siendo el mismo que antes. También se introdujo la posibilidad de compatibilizar la prestación contributiva o el subsidio con un empleo, mediante un complemento de apoyo, aunque esta opción no estuvo disponible hasta abril. Los datos del SEPE hasta marzo muestran ya un aumento del 5,3% en los perceptores de prestaciones y del 6,3% en los de subsidios, lo que ha elevado el gasto en prestaciones un 10,2% y en subsidios un 6%, en un contexto de reducción del paro del 5,39% ese mismo mes.

El crecimiento en el número de perceptores de la prestación contributiva se explica en parte por el aumento de los contratos fijos discontinuos que, aunque no figuran como desempleados, sí tienen derecho a cobrar el paro. El aumento de quienes reciben subsidios es más complejo de justificar, aunque podría estar relacionado con un mayor número de parados de larga duración. Se especula también con que algunas personas opten por retrasar su reincorporación al mercado laboral para beneficiarse de la cuantía más alta durante los primeros meses del subsidio. Así, los beneficiarios menores de 50 años han aumentado un 11% en el último año, hasta los 246.450, la cifra más alta desde abril de 2022. Aun así, los mayores de 50 años siguen siendo el grupo más numeroso, con un incremento del 3,3% interanual hasta los 555.723.

La llegada de nuevos beneficiarios más jóvenes ha reducido el peso de los mayores de 50 años sobre el total, del 73% anterior a la reforma al 69% actual. Sin embargo, el número absoluto de mayores de 50 años continúa creciendo, reflejando que los incentivos a la búsqueda de empleo no tienen el mismo efecto en este grupo, que enfrenta mayores dificultades para reinsertarse en el mercado laboral y acaba mayoritariamente acogido al subsidio para mayores de 52 años.

Este subsidio ha sido uno de los puntos más debatidos durante la tramitación de la norma. Aunque su cuantía se mantiene en 480 euros, es el único que puede cobrarse de forma ininterrumpida hasta la jubilación y que además incluye una cotización a la Seguridad Social equivalente al 125% de la base mínima, lo que lo convierte en un recurso estratégico para muchas prejubilaciones. En 2012, el Gobierno del PP redujo esta cotización al 100% y elevó la edad mínima para acceder de 52 a 55 años. Pedro Sánchez revirtió ambas medidas en 2018. Sin embargo, en la reforma de 2023 se intentó volver a rebajar esa cotización, pero la presión de Podemos obligó al Gobierno a dar marcha atrás y mantener las condiciones actuales.

Actualmente, este subsidio representa el 84,7% de los subsidios que perciben los mayores de 50 años y el 59% del total. En el último año, su número ha crecido un 3%, aunque su proporción en el conjunto ha bajado levemente, del 85,9% al 84,5%. Esto evidencia que aún faltan políticas activas de empleo verdaderamente eficaces para este colectivo. El aumento de beneficiarios mayores de 50 años se debe tanto al envejecimiento poblacional como al retraso en la edad de jubilación. De hecho, los mayores de 60 años representan ya el 47% del total de perceptores (265.908 personas), de los cuales el 93% cobra el subsidio para mayores de 52 años. Este grupo ha crecido especialmente desde 2018, cuando se recuperaron las condiciones originales del subsidio.

ARE YOU LOOKING

FOR PERSONAL OR BUSINESS ADVICE?

Make your inquiry online or come visit us