(El País, 03-07-2025) | Mercantil, civil y administrativo

En mayo pasado, España recibió 9,39 millones de turistas internacionales, lo que representa un ligero incremento del 1,5% en comparación con el mismo mes de 2024, según datos publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En el acumulado de los cinco primeros meses del año, las visitas superaron los 35 millones, una cifra inédita que marca un récord y supone un crecimiento del 5,5% respecto al año anterior. De mantenerse esta tendencia, el país podría alcanzar los 100 millones de visitantes a final de año.

No obstante, los datos de mayo reflejan una desaceleración en el crecimiento del turismo. Mientras en enero el aumento fue del 6%, en febrero del 7,6%, en marzo del 3,8% y en abril del 10%, en mayo el avance se ha moderado considerablemente, quedando en apenas un 1,5%. El análisis por países emisores muestra una caída significativa en el número de visitantes procedentes de Francia y Alemania, que ocupan el segundo y tercer lugar en volumen de turistas (13,7% y 12,9% del total, respectivamente), con descensos del 6,7% y el 6,1%.

Estas señales de enfriamiento no se limitan a esos dos mercados. También se observan retrocesos en otros emisores relevantes. El turismo proveniente de Latinoamérica, que representa aproximadamente el 7% del total con unos cinco millones de viajeros anuales, cayó un 0,8%. Holanda, que aporta un 5% del total con más de cuatro millones de turistas, descendió un 2%, y Suiza, que supone un 2% con más de dos millones de visitantes, bajó un 3% en comparación con el año anterior.

A pesar de este freno, el Ministerio de Industria y Turismo destaca el buen comportamiento del gasto turístico. Según el comunicado oficial, el desembolso total en mayo aumentó un 4,9% hasta alcanzar los 12.254 millones de euros, con un gasto diario medio por turista de 209 euros. Entre enero y mayo, el gasto acumulado creció un 8,1%, situándose en 46.586 millones de euros.

Desde el sector empresarial se identifican dos factores principales que podrían estar influyendo en el descenso de turistas procedentes de mercados clave. El primero es el encarecimiento de los precios en España, especialmente en el alojamiento, cuyos costes llevan cuatro años al alza. Esta tendencia ha triplicado los beneficios por habitación disponible, aunque los precios siguen siendo inferiores a los de ciudades como Londres, París o Roma. Aun así, hay destinos alternativos -como Turquía, el norte de África o Cabo Verde- que resultan más atractivos en términos económicos. Incluso en algunos casos, destinos en México o República Dominicana presentan precios más bajos que enclaves españoles como Mojácar (Almería) o Menorca.

El segundo factor es la saturación turística en determinados destinos, tanto vacacionales como urbanos. Las Islas Canarias y Baleares, así como ciudades como Madrid y Barcelona, han experimentado una elevada afluencia de visitantes, lo que ha llevado a muchos viajeros a buscar opciones menos masificadas. Esta situación ha generado malestar en la población local, que ha protagonizado múltiples protestas desde el verano pasado denunciando el exceso de turistas y la proliferación de viviendas turísticas. La presión del turismo sobre el mercado inmobiliario ha contribuido a la subida de los precios del alquiler y al desplazamiento de los residentes tradicionales de sus barrios.

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