(Expansión, 13-05-2025) | Laboral

El déficit contributivo de la Seguridad Social, una vez descontadas las transferencias del Estado, cerró el año 2024 en casi 31.500 millones de euros, lo que supone un aumento de 3.000 millones respecto al ejercicio anterior. Este incremento representa el primer deterioro en el saldo contributivo en los últimos tres años. Expertos advierten que la situación podría empeorar si una posible guerra comercial frena la creación de empleo.

Este déficit refleja el desequilibrio entre las cotizaciones sociales recaudadas y el pago de pensiones contributivas. A finales de 2024, el desfase alcanzó los 31.433 millones de euros, lo que equivale al 1,97% del PIB. En comparación con los 28.519 millones del año anterior, se trata de un repunte del 10%. Todo ello pese a que las aportaciones de empresas y trabajadores siguen aumentando.

Según cálculos del Grupo de Investigación en Pensiones y Protección Social del Instituto Santalucía, cubrir este déficit requeriría reducir en 3.441 euros anuales cada pensión contributiva o, alternativamente, que cada cotizante aportase 1.486 euros más al año.

Este retroceso rompe con la mejora registrada en los dos años anteriores, tras haber alcanzado un pico del 2,73% del PIB en marzo de 2021, todavía marcado por las consecuencias de la pandemia. Los analistas avisan de que si el contexto internacional se complica y afecta negativamente al empleo, este desequilibrio podría ampliarse, ya que los gastos seguirán aumentando, impulsados por la revalorización automática de las pensiones ligada al IPC.

El desfase de casi 31.500 millones se explica por los ingresos por cotizaciones (alrededor de 167.000 millones de euros) frente a unos pagos por prestaciones contributivas que superaron los 198.000 millones. Sin las transferencias estatales -que en 2024 ascendieron a más de 48.000 millones- el déficit real triplica el declarado oficialmente por el Gobierno, que lo sitúa en 9.833 millones en su ejecución presupuestaria. Según los expertos, estas aportaciones desde el Presupuesto General del Estado "ocultan" el verdadero déficit del sistema, dificultando comparaciones con los datos previos a 2018, cuando no existían este tipo de ayudas.

A pesar del esfuerzo recaudatorio, los ingresos por cotizaciones aumentaron en 11.174 millones de euros respecto al año anterior, con un crecimiento del 7%. De este avance, un tercio se debe al incremento del número de afiliados, y los dos tercios restantes al aumento de la cotización media por trabajador. De hecho, el peso de las cotizaciones sobre el PIB subió ligeramente, del 10,28% en 2023 al 10,38% en 2024. Este crecimiento superior al del PIB se explica en parte porque la cotización media por afiliado subió un 4,59%, más que la productividad, que creció un 3,62%.

Cabe destacar también el fuerte aumento del gasto en prestaciones por incapacidad temporal, que ascendieron a 16.487 millones de euros en 2024, un 17% más que el año anterior. Desde 2019, esta partida se ha disparado un 73%, partiendo de los 9.527 millones.

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