(Cinco Días, 11-06-2025) | Mercantil, civil y administrativo

La reciente bajada de los tipos de interés llevada a cabo por el Banco Central Europeo la semana pasada ya ha tenido un impacto directo en la subasta de letras del Tesoro celebrada este martes. En total, el Tesoro ha emitido 2.480 millones de euros en deuda a tres y nueve meses, con rendimientos notablemente inferiores a los de anteriores emisiones. Las letras a nueve meses se adjudicaron con una rentabilidad marginal del 1,947%, el nivel más bajo desde septiembre de 2022. Por su parte, las letras a tres meses ofrecieron un 1,89%, también el menor rendimiento registrado en los últimos dos años y medio.

Este nuevo recorte de tipos, el séptimo consecutivo por parte del BCE, ha permitido abaratar los costes de financiación para el Estado, aunque a costa de reducir los beneficios para los inversores más conservadores. A pesar de ello, la demanda por deuda pública española continúa siendo elevada: se recibieron solicitudes por un total de 6.176 millones de euros, lo que representa una ratio de cobertura de 2,5 veces sobre la oferta.

La mayor parte de la emisión, 1.625,78 millones, correspondió a las letras a nueve meses, cuya rentabilidad fue inferior a la de la subasta anterior. Los pequeños ahorradores, que han encontrado en estos productos una forma sencilla y segura de protegerse contra la inflación, siguen mostrando un fuerte interés por este tipo de deuda. Prueba de ello es que las órdenes no competitivas -que suelen venir del ahorro minorista- alcanzaron los 122,37 millones de euros, frente a los 68,8 millones registrados en la anterior subasta, realizada antes del último recorte del BCE.

En cuanto a las letras a tres meses, se colocaron 853,99 millones de euros con un interés marginal del 1,89%. La demanda por parte de los inversores particulares también se mantuvo sólida, con órdenes que sumaron 268,29 millones, aunque algo inferiores a las del mes pasado.

La relajación de la inflación en la zona euro, que ya se sitúa por debajo del 2%, ha permitido al BCE seguir adelante con su política de flexibilización monetaria, iniciada hace un año. Esta estrategia ha supuesto un alivio para la financiación de gobiernos, empresas y familias con deudas. No obstante, también ha implicado una menor rentabilidad para el ahorro tradicional.

A diferencia de otras épocas en las que los bancos respondían a los tipos altos ofreciendo mayores intereses por los depósitos, esta vez las entidades financieras han optado por no mejorar la remuneración del ahorro, incluso cuando los tipos de referencia se encontraban en máximos históricos. La amplia disponibilidad de liquidez en el sistema bancario ha sido determinante para este comportamiento. En este contexto, las letras del Tesoro se han consolidado como una opción atractiva para quienes buscan preservar capital y obtener un retorno a corto plazo sin asumir demasiados riesgos.

Sin embargo, los analistas advierten que una continuación en la bajada de tipos podría cambiar este panorama. De hecho, en los últimos meses se ha observado un incipiente cambio de tendencia, con más inversores optando por plazos intermedios, como los bonos a tres y cinco años, con el objetivo de asegurar una rentabilidad superior ante la posible caída futura de los rendimientos a corto plazo.

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