(Cinco Días, 14-05-2025) | Mercantil, civil y administrativo
La tendencia a la baja en los tipos de interés iniciada por el Banco Central Europeo (BCE) ya está provocando un giro en las decisiones de los inversores, que empiezan a buscar alternativas más rentables a las letras del Tesoro. La reducción del coste del dinero ha acelerado el descenso de los rendimientos en los mercados secundarios y también ha abaratado la financiación en las emisiones primarias. Mientras los pequeños ahorradores muestran su decepción, los emisores -tanto públicos como privados- celebran el nuevo escenario de financiación más barata.
Pese a la reciente incertidumbre en los mercados financieros, que llevó a otros emisores a paralizar sus planes, el Tesoro Público ha continuado con su hoja de ruta sin cambios. Este martes se han adjudicado letras a tres y nueve meses por un total de 2.739 millones de euros, una cifra cercana al máximo del rango previsto (entre 2.000 y 3.000 millones).
Las rentabilidades continúan retrocediendo, especialmente en los títulos a corto plazo. En el caso de las letras a tres meses, el interés marginal se ha situado en el 1,976%, su nivel más bajo desde diciembre de 2022. Para las letras a nueve meses, el interés ha subido ligeramente del 1,927% al 2%, aunque sigue sin superar la inflación, que en abril se colocó en el 2,2%.
A pesar de la caída en los rendimientos, el apetito inversor sigue siendo sólido. La demanda total alcanzó los 5.749 millones de euros, el doble del importe adjudicado, lo que refleja una ratio de cobertura de dos a uno, en línea con las anteriores subastas de este año. Sin embargo, ha habido una señal clara de enfriamiento entre los ahorradores particulares: las órdenes de compra no competitivas (principal canal para pequeños inversores) se limitaron a solo 68,8 millones para las letras a nueve meses, una cifra muy por debajo de lo habitual. En contraste, en la emisión de letras a tres meses, los particulares mantuvieron algo más el tipo, con solicitudes que rondaron los 625 millones de euros.
Con las expectativas de nuevas bajadas de tipos por parte del BCE, las letras del Tesoro van dejando atrás los rendimientos cercanos al 4% que se llegaron a ver hace apenas unos meses. Según los últimos datos disponibles, correspondientes a febrero, los hogares mantenían 24.377 millones de euros invertidos en letras, una cifra ya inferior a la de noviembre del año pasado (23.977 millones), lo que apunta a un progresivo abandono de estos activos por parte del ahorro doméstico.
Además, el panorama no parece favorable para quienes esperan mejoras en la remuneración del ahorro tradicional. Durante el periodo de tipos altos, los bancos españoles fueron reacios a subir los intereses de los depósitos. Y ahora, con una política monetaria más flexible en el horizonte, se espera que las entidades mantengan su estrategia centrada en proteger el margen de intereses, recortando aún más las rentabilidades ofrecidas por el pasivo.
Ante esta situación, los inversores que busquen mayores retornos se verán obligados a aceptar un mayor nivel de riesgo y plazos más largos. Prueba de ello es la última emisión del Tesoro a 30 años, en la que se captaron 1.632 millones de euros con una rentabilidad del 3,98%. Así, los plazos largos se consolidan como la única vía para obtener rendimientos atractivos en el actual contexto financiero.