(El País, 24-10-2025) | Mercantil, civil y administrativo
En abril se produjo el anuncio de los aranceles por parte de Donald Trump, una medida que sorprendió al mundo y puso en entredicho el modelo de globalización dominante en las últimas décadas. Sin embargo, su aplicación efectiva llegó en agosto, mes en el que se hicieron evidentes los efectos sobre el comercio internacional. Las exportaciones españolas hacia Estados Unidos se desplomaron entonces un 30,5%, una caída muy superior a la tendencia previa y peor que la registrada por el conjunto de la Unión Europea, que fue del 22%. Este impacto redujo notablemente la presencia del mercado estadounidense en el total de las ventas al exterior de España, que pasó del 4,5% en julio al 4% en agosto, con un valor inferior a los 1.000 millones de euros. Para dimensionarlo, esta cifra equivale aproximadamente a la suma de las exportaciones a Bélgica y Austria, economías considerablemente más pequeñas.
Desde agosto, los productos europeos que entran en Estados Unidos están gravados con un arancel del 15%. Aunque en el momento más tenso del conflicto comercial Trump había amenazado con subirlo hasta el 50%, el nivel finalmente adoptado generó cierto alivio. Aun así, la política proteccionista del expresidente tuvo consecuencias negativas para el comercio transatlántico. La incertidumbre también afectó a las importaciones españolas procedentes de Estados Unidos, que se redujeron un 15,2% ese mismo mes.
Más allá del impacto en el intercambio con la primera potencia mundial, agosto fue en general un mal mes para el sector exterior español: las exportaciones globales retrocedieron un 9,3%. Las ventas a otros países europeos disminuyeron un 10,5%, y las dirigidas a Asia (excluyendo Oriente Próximo) lo hicieron un 4,1%. China no actuó como refugio, ya que sus compras se contrajeron un 19,9%, y apenas representa el 2% del total exportado, la mitad que Estados Unidos. En la India la situación fue aún peor, con una caída del 24,3% en las ventas.
América Latina ofreció, en cambio, los datos más positivos: las exportaciones crecieron allí un 7,7% en agosto, destacando Panamá, Chile, Honduras, Nicaragua y Haití. Esta región gana peso en el total de las exportaciones españolas, alcanzando el 6,4%, y compensando parcialmente la pérdida del mercado estadounidense. También mostraron avances Oceanía (+2,2%) y África (+0,8%), con un caso especialmente relevante en Argelia, donde las ventas se dispararon un 181% gracias a la normalización de las relaciones diplomáticas tras la crisis de 2022 por el Sáhara Occidental.
Entre los destinos más destacados, sobresalen los incrementos hacia Malta (+192%) y Singapur (+153%), ambos con exportaciones superiores a los 100 millones de euros. En sentido contrario, los mayores descensos se registraron en Francia -primer socio comercial de España- con una caída del 14,9%, Bélgica (-21,2%), Israel (-25,3%) e Irlanda (-76,9%). Las importaciones, por su parte, se redujeron solo un 4%, lo que provocó un déficit comercial de casi 6.000 millones de euros, un 25% más que hace un año.
En el acumulado de los ocho primeros meses de 2025, las exportaciones españolas apenas crecieron un 0,3% respecto al mismo periodo de 2024, alcanzando los 255.921 millones de euros, mientras que las importaciones aumentaron un 4,1%, hasta los 291.026 millones. Así, el déficit comercial se amplió un 47,5%, hasta los 35.105 millones.
Los mayores déficits se registraron con China (26.946 millones), Estados Unidos (9.504 millones) y Alemania (6.963 millones), siendo el de EE. UU. el que más aumentó, con un 37%. En contraste, los principales superávits provinieron de Francia (12.187 millones), Portugal (11.462 millones) y el Reino Unido (9.876 millones).
En un comunicado difundido este jueves, el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa evitó referirse directamente al desplome de las exportaciones a Estados Unidos y atribuyó el estancamiento general a la debilidad económica de los socios europeos. Según el informe, el comportamiento de las ventas exteriores españolas entre enero y agosto de 2025 es comparable al de otros países como Italia (+2,6%), Francia (-0,2%) o Alemania (-0,4%).
A pesar de este contexto, la economía española continúa mostrando fortaleza. España se mantiene como la nación desarrollada con mayor crecimiento, con previsiones cercanas al 3% para 2025. Según los cálculos de Funcas, el sector exterior restará dos décimas al PIB este año y el próximo, siendo la demanda interna el principal motor de la actividad económica.