(Expansión, 03-11-2025) | Mercantil, civil y administrativo

El bloque comunitario logra sumarse a la suspensión, por un año, de las restricciones a la exportación de materiales clave, acordada por Estados Unidos, sin ceder por ahora en ningún punto. Las limitaciones impuestas en abril permanecen activas.

La Unión Europea obtiene luz verde para que las tierras raras y los chips vuelvan a fluir desde China hacia su territorio. Ese fue el resultado de la larga jornada de negociaciones mantenida el viernes entre los representantes europeos de comercio, encabezados por el comisario Maros Sefcovic, y sus homólogos chinos, con el objetivo de restablecer las cadenas de suministro esenciales para la industria europea, interrumpidas recientemente por el país asiático.

El acuerdo, comunicado el sábado, establece la suspensión durante un año de las restricciones a la exportación de tierras raras que China había anunciado el 9 de octubre. Además, abre la posibilidad de flexibilizar los límites al traslado de chips de la empresa Nexperia desde sus plantas en Asia.

La Comisión Europea consigue así sumarse a las concesiones comerciales que Estados Unidos, representado por Donald Trump, había negociado días antes con Xi Jinping en Corea. Sin embargo, lejos de actuar como mero acompañante de Washington, Bruselas ha alcanzado un resultado favorable teniendo en cuenta que apenas ha tenido que ofrecer concesiones. Existía el riesgo de que la UE quedara excluida de la exención a las restricciones de importación de tierras raras, pero de momento ese peligro se ha evitado, ganando un año adicional para seguir dialogando.

"China ha confirmado que la suspensión de los controles a las exportaciones anunciados en octubre se aplicará también a la UE. Ambas partes reafirmaron su compromiso de cooperar para mejorar la aplicación de las políticas de control", declaró Sefcovic. Por su parte, el portavoz de Comercio de la Comisión Europea, Olof Gill, destacó que "se trata de una medida prudente y responsable que contribuye a la estabilidad del comercio mundial en un sector crucial".

La Unión Europea depende casi por completo de China para el suministro de tierras raras, materiales indispensables para sectores estratégicos como el automovilístico o la transición digital y ecológica. Más del 90% de los imanes de tierras raras utilizados en Europa proceden de China, por lo que las restricciones comerciales ponían en riesgo la actividad económica del continente.

China había anunciado que a partir de diciembre ampliaría las limitaciones a las exportaciones de baterías, diamantes sintéticos y maquinaria para el procesamiento de tierras raras. Aunque Pekín insistía en que estas medidas no afectarían la estabilidad internacional, sus decisiones ya estaban impactando a las empresas extranjeras. El pacto alcanzado entre Estados Unidos y China, al que ahora se une la UE, no elimina por completo las restricciones sobre las tierras raras.

Si bien el golpe de las medidas de octubre queda temporalmente suspendido, las restricciones impuestas en abril -que exigen licencias adicionales a las compañías que demandan estos materiales- continúan vigentes. Las empresas europeas denuncian que solo se aprueba la mitad de las solicitudes presentadas. No obstante, las conversaciones no se detendrán con este acuerdo: según Gill, "durante este periodo de suspensión se trabajará para reducir las divergencias entre ambas regiones".

Las relaciones comerciales entre China y la Unión Europea atraviesan numerosos conflictos, entre ellos los aranceles europeos a los coches eléctricos chinos -acusados de dumping y de recibir subvenciones excesivas-, los aranceles chinos a la carne europea y las mencionadas limitaciones a las tierras raras. Un caso aparte es el de la empresa Nexperia, cuya filial fue expropiada por las autoridades neerlandesas tras acusaciones de desvío de patentes hacia otras firmas asiáticas. Como represalia, China había bloqueado la salida de chips fabricados por la compañía, una medida que ahora reconsiderará.

Por el momento, las negociaciones han servido para enfriar una escalada de tensiones que amenazaba con agravarse. El conflicto con China fue uno de los temas tratados por los líderes en la reciente cumbre del Consejo Europeo, donde incluso se planteó la posibilidad de activar el instrumento "anticoerción", creado a finales de 2023 para proteger a la UE frente a presiones de terceros países.

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