(Expansión, 22-09-2025) | Mercantil, civil y administrativo
Los gigantes tecnológicos están perdiendo terreno en Bruselas en su intento de acceder al mercado europeo de datos financieros, pese a las advertencias de Donald Trump de imponer aranceles más elevados a los países que, según él, "discriminan" a las compañías estadounidenses. Con el respaldo de Alemania, la Unión Europea avanza en la decisión de dejar fuera a Meta, Apple, Google y Amazon de un nuevo sistema de intercambio de datos financieros cuyo objetivo es impulsar la creación de productos digitales destinados a los consumidores.
De concretarse, esta medida supondría un respaldo importante para los bancos, que buscan frenar la presión competitiva de las grandes tecnológicas, a las que acusan de querer explotar la información de sus clientes y beneficiarse del valor que aporta conocer sus patrones de gasto y ahorro. Tras más de dos años de negociaciones, la regulación sobre el Acceso a Datos Financieros (FiDA) encara sus últimas fases, y todo apunta a una derrota prácticamente inevitable para los gigantes tecnológicos, según fuentes diplomáticas.
"Es un claro ejemplo de cómo las grandes tecnológicas están perdiendo influencia en su labor de presión", señaló un diplomático comunitario. La iniciativa de reforma nació con la intención de abrir a proveedores externos el acceso a los datos de bancos y aseguradoras, con el fin de que pudieran desarrollar servicios como asesoría financiera. No obstante, el sector financiero europeo logró imponer sus reservas, alertando del riesgo de que los denominados guardianes digitales aprovecharan información sensible y reforzaran posiciones dominantes.
El Parlamento Europeo respaldó estas preocupaciones, y posteriormente también lo hicieron la Comisión Europea y gobiernos clave como el alemán. Berlín, en un documento remitido a otros Estados miembros, defendió la exclusión de los gigantes tecnológicos para "favorecer un ecosistema financiero digital propio de la UE, garantizar la competencia en igualdad de condiciones y salvaguardar la soberanía digital de los consumidores". Se espera que este otoño el Consejo y la Eurocámara logren cerrar un acuerdo sobre el texto final de la normativa.
La exclusión de las grandes tecnológicas podría tensar nuevamente las relaciones comerciales entre Bruselas y Washington, apenas semanas después de alcanzarse un pacto bilateral a finales de julio. Trump ha reiterado en varias ocasiones que responderá con aranceles contra los países cuyas políticas impositivas o regulatorias perjudiquen a las empresas estadounidenses del sector. Mientras tanto, los grupos de presión de la Big Tech advierten de que no solo las plataformas, sino también los propios consumidores, se verán afectados si se mantiene la actual orientación del reglamento.
"La idea inicial de FiDA era dar a los ciudadanos el control sobre sus datos y facilitar el acceso a servicios financieros más innovadores", recordó Daniel Friedlaender, director de la Asociación Europea de la Industria de la Computación y las Comunicaciones. "Al inclinarse hacia la banca tradicional, la UE reducirá la capacidad de elección de los usuarios y reforzará el poder de los actores ya consolidados, que siguen actuando como guardianes de los datos de los clientes".