(Cinco Días, 05-11-2025) | Mercantil, civil y administrativo

Desde hace varios meses, las letras del Tesoro han perdido protagonismo entre los pequeños inversores. La continua bajada de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) ha ido reduciendo sus rentabilidades, alejándolas de los niveles máximos alcanzados tiempo atrás. Sin embargo, la pausa en los recortes de tipos está contribuyendo a frenar el descenso de los rendimientos. Una semana después de que el BCE decidiera mantener estable el precio del dinero, el Tesoro Público ha iniciado noviembre con una subasta de letras a seis y doce meses, en la que ha captado 5.028,4 millones de euros, con tipos prácticamente sin cambios.

La confianza de los inversores en el buen rumbo de la economía sigue siendo elevada. Aunque las rentabilidades han ido moderándose, la demanda continúa fuerte: las solicitudes de compra superaron los 8.229 millones de euros.

La mayor parte de la emisión -unos 3.600 millones- se concentró en las letras a 12 meses. Tras haber subido en octubre hasta el 2% por primera vez en medio año, el rendimiento cayó ligeramente -dos puntos básicos- y se mantuvo en ese nivel. Pese a la moderación, el interés de los ahorradores se mantiene sólido, aunque ya lejos de las cifras récord de 2023, cuando las largas colas en el Banco de España se convirtieron en noticia. Las peticiones no competitivas, que corresponden en su mayoría a inversores particulares, alcanzaron los 1.026,17 millones, el nivel más alto desde junio.

El resto de la emisión, unos 1.428,4 millones, correspondió a las letras a seis meses, un tramo especialmente sensible a los movimientos de la política monetaria. El mercado prevé que los bancos centrales reduzcan el ritmo de sus recortes y mantengan una fase prolongada de estabilidad en los tipos. Con este escenario, la rentabilidad marginal de la deuda a seis meses se situó en el 1,962%, prácticamente igual que en la subasta anterior (1,958%). Las peticiones de pequeños inversores ascendieron a 754,87 millones, por debajo de los 1.043 millones registrados en octubre.

Con la moderación de las rentabilidades, muchos ahorradores minoristas han optado por no reinvertir los vencimientos de sus letras y están dirigiendo su dinero hacia otros productos conservadores, como los fondos de renta fija. Según datos del Banco de España, a cierre de agosto -último mes con información disponible- las familias españolas mantenían unos 20.082 millones de euros invertidos en letras, el nivel más bajo desde 2022. Ese fue el año en que los bancos centrales abandonaron los tipos cero y comenzaron a subirlos rápidamente para contener la inflación.

Actualmente, el contexto es muy distinto. Con una inflación moderada, del 2,1% en la zona euro, y una economía que ha evitado la recesión, el BCE no tiene prisa ni por bajar ni por subir los tipos, lo que ayuda a estabilizar las rentabilidades. Así, mientras los inversores se enfrentan a menores oportunidades de obtener beneficios a corto plazo con bajo riesgo, los emisores públicos y privados se benefician de una reducción en los costes de financiación gracias a la pausa monetaria.

En este entorno de estabilidad financiera y crecimiento sostenido, el Tesoro español ha aprovechado la buena evolución económica del país para avanzar en su programa de financiación anual. Con más del 90% del plan ya ejecutado, la fortaleza del mercado laboral y las revisiones al alza del PIB han permitido reducir en 5.000 millones de euros la emisión neta de deuda prevista. Además, las menores necesidades de financiación han llevado a limitar a tres las operaciones sindicadas este año, una menos de lo habitual en ejercicios anteriores.

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