(El Economista, 09-12-2025) | Laboral

La edad legal para acceder a la jubilación ordinaria aumentará dos meses en 2026, situándose en 66 años y diez meses. Este será el último ajuste dentro del periodo transitorio iniciado en 2013 para alcanzar los 67 años, y coincidirá además con la puesta en marcha del nuevo sistema de cálculo de la pensión. Durante todo 2026, esa será la edad necesaria para retirarse con el 100% de la pensión, aunque seguirá siendo posible jubilarse a los 65 años sin recortes si se acreditan 38 años y 3 meses de cotización.

Desde 2013 y hasta 2027, la edad ordinaria de jubilación ha ido aumentando gradualmente desde los 65 hasta los 67 años, conforme a la reforma pactada en 2011 por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero con los empresarios y los sindicatos. Además, 2026 será el primer año en el que comenzará a aplicarse el "régimen dual" para el cálculo de la pensión, introducido en la reforma impulsada por José Luis Escrivá, actualmente gobernador del Banco de España.

Este nuevo sistema permitirá que, a partir de 2037, cada persona pueda escoger entre dos fórmulas de cálculo: tomar los últimos 29 años de cotización, excluyendo los 24 meses con peores cotizaciones, o mantener el criterio actual de los últimos 25 años. La transición hacia este modelo se hará de manera progresiva durante 12 años y arranca en 2026, cuando el cálculo podrá hacerse con los últimos 304 meses cotizados (25,33 años), pudiendo descartar dos meses, o seguir usando los 25 años vigentes.

El año 2026 también traerá un nuevo incremento en la cotización del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que pasará del 0,8% al 0,9%. De este porcentaje, el 0,75% lo asumirá la empresa y el 0,15% el trabajador. Este recargo tiene como finalidad reforzar los ingresos del sistema ante el aumento del gasto derivado de la jubilación de la generación del "baby boom". La intención es que alcance el 1,2% en 2029 y permanezca en ese nivel hasta 2050.

Respecto a la denominada "cuota de solidaridad", un recargo aplicado a los salarios más altos que comenzó a aplicarse en 2025, supondrá una aportación adicional de entre el 1,15% y el 1,46%, y también irá aumentando gradualmente hasta 2045. Además, la base máxima de cotización subirá en 2026 un 3,9 % (la inflación más 1,2 puntos), situándose alrededor de los 4.922 euros mensuales.

Las pensiones mínimas y las no contributivas volverán a incrementarse por encima de la inflación media, ya que la Seguridad Social debe aplicar subidas adicionales para seguir acercando estas prestaciones al umbral de la pobreza. Según establece la última reforma, estas pensiones -percibidas por unos 2,5 millones de personas- deberán aumentar más que el resto en 2026, superando el 2,7% correspondiente a la inflación media.

El objetivo para las pensiones mínimas es que en 2027 alcancen un nivel equivalente al 60% de la renta mediana de un hogar formado por dos adultos, mientras que las no contributivas deberán llegar al 75% del umbral de pobreza estimado para una persona sola. Además, la reforma fijó que desde 2025 la cuantía máxima de la pensión contributiva inicial se actualizará cada año según la inflación, sumando un incremento adicional de 0,115 puntos porcentuales anuales hasta 2050. Si en 2025 la pensión máxima era de 3.267 euros mensuales, ese aumento extra hará que en 2026 se sitúe aproximadamente en 3.361 euros.

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