(El País, 04-07-2024) | Fiscal

El próximo año, la zona euro saldrá de su estancamiento, y su crecimiento se aproximará al 1% del PIB. Es el momento para que los países del área monetaria hagan un esfuerzo por equilibrar sus cuentas públicas, muy afectadas por la deuda debido a una sucesión de crisis sistémicas en los últimos 15 años (explosión de la burbuja inmobiliaria y financiera, la pandemia de la covid-19 y la crisis energética). Los países con mayores niveles de deuda deben hacer un esfuerzo adicional.

Entre ellos se encuentra España, que ha evitado por poco el procedimiento de déficit excesivo, pero aún tiene una deuda superior al 100% del PIB. Por ello, forma parte del grupo de cinco Estados que deberían esforzarse más en sanear sus finanzas públicas. Este análisis forma parte del informe de situación fiscal en la zona euro presentado este miércoles por el Consejo Fiscal Europeo, un órgano de la UE comparable a la Airef en España.

Según el Consejo Fiscal, ha llegado el momento de adoptar una política fiscal más restrictiva, ya que el resurgimiento del dinamismo económico lo permite. Esto implica retirar total o parcialmente los apoyos desplegados durante la crisis inflacionaria de 2022, que todavía están vigentes en muchos Estados miembros de la UE. El organismo, presidido por el danés Niels Thygesen, destaca que la previsión de déficit agregado de la zona euro para este año es del 2,8%, "prácticamente igual que el año anterior". Esto es notable "considerando la supuesta aceleración del PIB real y la prevista desaparición gradual de las restantes medidas temporales de apoyo".

Según sus cálculos, en 2025 las medidas restrictivas de gasto apenas supondrán un ajuste del 0,1%. "Este nivel de apoyo fiscal discrecional es excesivo teniendo en cuenta las condiciones económicas previstas", insiste, "la persistencia de un alto nivel de deuda en algunos países y el impacto del gasto público financiado con subvenciones del fondo de recuperación". Por lo tanto, apunta que los proyectos de presupuestos de 2025 deben incluir nuevas medidas de ajuste.

A lo largo de las 20 páginas del informe, se repite varias veces la idea de que la buena marcha de la economía el próximo año da margen para aplicar medidas de austeridad. Esto es especialmente relevante para los países con mayores niveles de deuda: Grecia, Italia, Francia, España y Bélgica, clasificados por la Comisión Europea como de riesgo alto a medio plazo. "Deberían aprovechar la oportunidad para hacer un esfuerzo adicional y reducir el déficit presupuestario. Esto estaría en consonancia con el enfoque basado en el riesgo y específico para cada país que sustenta el marco reformado", añade.

El Consejo Fiscal se refiere a las nuevas reglas fiscales que empiezan a aplicarse este año. Recientemente, la Comisión Europea entregó a cada Estado su análisis individual de deuda para que preparen sus planes de ajuste plurianuales. Estos planes son obligatorios para todos los países que superen el 60% de deuda sobre el PIB y/o el 3% de déficit anual, lo que incluye a España y a los otros países señalados por el Consejo Fiscal, además de otros como Portugal o Alemania. Estos planes tienen, en principio, una duración de cuatro años, pero pueden ampliarse hasta siete si el estado se compromete a realizar reformas que aseguren la sostenibilidad del gasto e inversiones que impulsen la economía.

En términos generales, para el primer año de aplicación de la nueva norma, que será 2025, se exige "el cumplimiento de los límites máximos de crecimiento del gasto neto". Esta petición es crucial, ya que junto a esos planes plurianuales, la otra gran piedra angular del marco fiscal reformado es una regla de gasto en la que el Estado correspondiente debe comprometerse a no tener un gasto estructural por encima de lo que ingresa.

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