(El Economista, 02-07-2025) | Laboral
En España, el 4% de los trabajadores asalariados está contratado a través de empresas de trabajo temporal (ETT), lo que coloca al país en la sexta posición dentro de la Unión Europea. Solo Letonia (7,4%), Irlanda (6%), Eslovenia (5,9% y 5,7%, según distintas fuentes) y los Países Bajos (4,6%) presentan un mayor porcentaje. No obstante, este orden cambia considerablemente si se analizan los datos por sectores: en la industria, por ejemplo, el porcentaje se eleva hasta el 8,6%, siendo el más alto de toda la UE.
Los datos publicados por Eurostat, la oficina estadística europea, permiten contextualizar internacionalmente los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE. En 2024, la presencia de las ETT en el mercado laboral español apenas ha variado con respecto al periodo anterior a la pandemia, reduciéndose solo una décima. El 4% actual supera ampliamente la media de la eurozona (2,7%) y de la Unión Europea (2,3%). Aunque España ha descendido tres posiciones respecto a 2019, esta bajada se debe más al aumento registrado en países como Lituania, Irlanda y Países Bajos que a una disminución propia.
Es importante tener en cuenta que la regulación sobre la actividad de las ETT varía entre países: algunos limitan los sectores en los que pueden operar o los tipos de contrato que pueden ofrecer. Además, en 2021 Eurostat revisó su metodología estadística, lo que generó una distorsión significativa, especialmente en Luxemburgo, donde el empleo atribuible a ETTs saltó del 2,6% al 97%, una cifra que no puede considerarse fiable.
En el caso de España, el cambio más significativo ha sido normativo. La reforma laboral de finales de 2021 restringió de forma importante el uso de contratos temporales, eliminando figuras como la del contrato por obra y servicio y penalizando las contrataciones de menos de 30 días con recargos a la Seguridad Social. Al mismo tiempo, se permitió a las ETTs ampliar su actividad mediante la contratación de trabajadores fijos discontinuos para atender necesidades puntuales de sus clientes.
Entre 2019 y 2024, España ha pasado de liderar el ranking europeo de temporalidad con un 26,2% a situarse en tercer lugar con un 15,9%, solo por detrás de Países Bajos y Portugal. Sin embargo, el peso específico de las ETTs en el empleo se ha mantenido prácticamente constante, especialmente si se compara con los aumentos registrados en otros países que ahora la superan.
En cuanto a los sectores más vinculados al empleo a través de ETTs, el Ministerio de Trabajo publica mensualmente datos sobre el uso de estas empresas. En abril de 2024, el 55,7% de los contratos de puesta a disposición se formalizaron en el sector servicios, destacando la logística (13%), los alojamientos turísticos (12%), la hostelería (6%) y el comercio minorista (6%). Otro 26,5% se concentró en la industria, con especial protagonismo del sector alimentario (11,6%). El sector agrario representó un 17,5% del total, mientras que la construcción tuvo una presencia residual, con solo el 0,25%.
No obstante, estas cifras reflejan el número de trabajadores cedidos por ETTs en cada sector, pero no indican cuántos empleados de cada sector están contratados efectivamente por estas empresas. La EPA solo ofrece el dato nacional del 4% y no desglosa el uso por sectores. Aun así, podría pensarse que las áreas con mayor dependencia de las ETTs son aquellas vinculadas a servicios como la logística, el turismo y el comercio. Sin embargo, los datos de Eurostat revelan una realidad diferente.
La clasificación sectorial de Eurostat divide la actividad económica en seis grandes grupos y calcula qué proporción de trabajadores en cada uno de ellos está contratada por una ETT. En el sector agrícola, el empleo temporal representa el 3,7%, por debajo de la media nacional. El conjunto que engloba comercio, transporte, logística y hostelería alcanza un 4,7%. Las profesiones de "cuello blanco", que incluyen tecnología, finanzas, consultoría, inmobiliaria y administración, registran un 3,4%. Los servicios auxiliares y el empleo doméstico se sitúan en un 2,1%, mientras que el grupo formado por la administración pública, la sanidad y la educación apenas llega al 0,6%. En cambio, el bloque que agrupa a la industria y la construcción alcanza el 8,6%, destacándose como el sector con mayor presencia de trabajadores contratados por ETTs en toda la UE.