(Expansión, 12-09-2025) | Mercantil, civil y administrativo
La prima de riesgo española se ha desmarcado de la francesa y la italiana, lo que ha impulsado la demanda extranjera en unos 175.000 millones desde 2023, justo cuando las agencias de calificación ultiman sus revisiones, incluida la de S&P prevista para hoy. En este contexto, el Tesoro ya ha completado el 85% de su programa de financiación para 2025.
A diferencia de lo que ocurre en Francia, donde la inestabilidad política ha agitado los mercados de deuda, el bono español mantiene una evolución más estable. Mientras el diferencial francés con respecto al bund alemán llegó a superar al italiano esta misma semana, el español continúa estrechándose. La mejora registrada en lo que va de 2025 ha permitido a España reducir su factura en intereses en unos 320 millones de euros al año, al mismo tiempo que crece el apetito de los inversores internacionales por su deuda, reforzando las expectativas de una mejora en la calificación crediticia.
El Fondo Monetario Internacional volvió a señalar este verano a España como la economía avanzada con mayor crecimiento previsto en 2025, con un aumento del PIB del 2,5%, tras el 3,2% registrado en 2024. El fuerte rebote posterior a la pandemia también ha favorecido la corrección de los desequilibrios fiscales: el déficit, que alcanzó el 10% en 2020, se redujo al 2,8% en 2024, mientras que la deuda pasó del 120% al 102% del PIB.
Aunque las cuentas públicas continúan mostrando fragilidad y la fragmentación política dificulta nuevos ajustes en un entorno de menor crecimiento, la comparación con otros países de la eurozona resulta favorable para España. Francia, por ejemplo, ha reconocido que no podrá reducir su déficit al nivel exigido por Bruselas antes de 2029, y atraviesa una fuerte inestabilidad política: en solo dos años ya suma cinco primeros ministros. El último episodio fue la caída del Gobierno de François Bayrou en una moción de confianza, lo que obligó al presidente Emmanuel Macron a acelerar el nombramiento de Sébastien Lecornu. Todo ello se tradujo en un repunte de la prima de riesgo francesa, que llegó a 82 puntos básicos, por encima de la italiana, en un movimiento sin precedentes.
España, por el contrario, ha seguido consolidando su posición: tras arrancar 2024 en torno a los 100 puntos básicos, su prima de riesgo se ha situado en los últimos días ligeramente por debajo de los 60, niveles que no se veían desde antes de la crisis financiera. Esta mejora, de 18 puntos básicos en lo que va de año, equivale a un ahorro de alrededor de 320 millones de euros anuales en intereses sobre los 177.000 millones de emisión bruta a medio y largo plazo. Si la situación se mantuviera estable, el ahorro acumulado rondaría los 3.000 millones en una década.