(El País, 23-09-2025) | Mercantil, civil y administrativo
La economía española atraviesa un buen momento y los escenarios más negativos derivados de la guerra arancelaria han perdido fuerza, aunque el panorama no está del todo despejado. Persisten desafíos, tanto internos como externos, que obligan a mantener la cautela. Entre ellos destaca la elevada deuda pública, cercana al 100% del PIB, que constituye "un factor de vulnerabilidad". El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, advirtió este martes en una ponencia celebrada en el Consejo General de Economistas en Madrid que el plan de ajuste fiscal remitido a Bruselas carece de medidas concretas para reducirla. "Hace falta mayor detalle en los planes de consolidación a medio plazo", subrayó.
Durante su intervención, titulada El entorno económico de la economía española y los retos a futuro, Escrivá repasó las fortalezas y debilidades de la coyuntura actual, y se pronunció también sobre la OPA del BBVA sobre el Sabadell. Señaló que el proceso se está "alargando demasiado", lo cual "no es deseable", y sugirió introducir mecanismos que acorten los plazos en futuras operaciones. Su comparecencia se produjo apenas una semana después de que el Banco de España revisara al alza sus previsiones de crecimiento para este año, situando el PIB en un 2,6%, aunque con advertencias de riesgos a la baja.
Además del problema de la deuda, Escrivá subrayó la importancia de vigilar el mercado laboral. Aunque el empleo mantiene un ritmo sólido, la tasa de paro sigue elevada y buena parte del dinamismo actual se explica por la llegada de trabajadores inmigrantes. A su juicio, esto evidencia "deficiencias en las políticas activas de empleo", ya que no se estaría logrando el reciclaje profesional necesario para responder a la creciente demanda.
El acceso a la vivienda constituye otro de los principales obstáculos para el crecimiento. El Banco de España cifra el déficit de oferta entre 400.000 y 450.000 viviendas en el periodo 2022-2024, y reclama una acción conjunta de todas las Administraciones para paliar este problema. La productividad es otro de los retos pendientes. Aunque España ha recortado distancias con Europa gracias al impulso del sector servicios y el tecnológico, aún persiste una brecha cercana a los diez puntos.
A estos problemas internos se suman riesgos externos: el giro proteccionista de Estados Unidos, las tensiones geopolíticas y los conflictos abiertos en distintas regiones, incluido uno muy próximo a Europa. La firma de un acuerdo comercial entre Bruselas y Washington ha reducido la incertidumbre, aunque persisten dudas, sobre todo en relación con las cláusulas no arancelarias.
También generan inquietud la posible sobrevaloración de los mercados de capitales -en especial el tecnológico estadounidense- y la evolución de los tipos de interés. El BCE ha pausado las bajadas, mientras la Reserva Federal los recorta bajo presión política. A esto se añade la volatilidad del tipo de cambio, con un euro fortalecido frente al dólar.
A pesar de todo, Escrivá destacó que la economía española es hoy más resistente que hace veinte años. Antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, el déficit exterior era insostenible y la deuda de familias y empresas estaba disparada, algo que ahora no ocurre. "Eso no significa que podamos ignorar los desequilibrios estructurales", advirtió.
El gobernador resaltó además factores que refuerzan la competitividad tras la pandemia: el mayor gasto en ocio de los consumidores europeos, que beneficia a España por su especialización en turismo; la capacidad de ofrecer servicios a distancia; y la apuesta por las energías renovables, que ha reducido costes frente a otros países como Alemania. También valoró que la política migratoria española haya evitado bloqueos en el mercado laboral.
De cara a los próximos años, el Banco de España anticipa una moderación en la actividad y cambios en el patrón de crecimiento. La demanda interna -consumo e inversión- gana protagonismo gracias a la bajada de tipos, la recuperación de los salarios y el buen comportamiento del empleo. Sin embargo, esta evolución no se traduce en un aumento notable de la renta per cápita. "España arrastra un problema estructural de desigualdad", señaló Escrivá, quien instó a mejorar la eficacia de las políticas redistributivas.