(Expansión, 02-09-2024) | Laboral

Aunque las cifras de afiliación a la Seguridad Social están cerca de alcanzar niveles históricos, con 21,38 millones de cotizantes en julio, en casi el 40% de las provincias españolas hay menos de dos trabajadores por cada pensionista. El sistema público de pensiones lleva años en un frágil equilibrio, con ingresos que ya no son suficientes y gastos que siguen en aumento, situación que se agravará en los próximos años debido al envejecimiento de la población y la jubilación de la generación del Baby Boom.

Tras superar el impacto de la pandemia de Covid-19, la resiliencia del mercado laboral durante la guerra en Ucrania y la crisis inflacionaria ha permitido mantener las cifras de afiliación a la Seguridad Social en niveles históricos, superando los 21 millones de ocupados, aunque ya se empiezan a notar señales de agotamiento. El buen desempeño del empleo ha mejorado la relación de cotizantes por pensionista, que ha pasado de 1,97 en 2013 a 2,3 en julio de este año.

Sin embargo, esa mejora apenas representa un alivio temporal para un sistema que, según los expertos, requiere reformas profundas. Aunque el mercado laboral ha ganado 4,6 millones de cotizantes en la última década, alcanzando los 21,38 millones de afiliados en julio, el número de pensiones y pensionistas también ha crecido significativamente: se registran 10,2 millones de prestaciones (algunas personas reciben más de una pensión), 0,9 millones más que en 2014, y 9,2 millones de pensionistas, casi 0,8 millones más que hace diez años, según datos de la Seguridad Social.

Además, si se consideran todas las prestaciones que cubre el sistema, la relación de cotizante por pensión baja a 2,1, lo que evidencia lo frágil que es el equilibrio financiero del sistema. Esto se agrava con el hecho de que la nómina de este amplio y creciente grupo, indexada en los últimos años al IPC, ha aumentado de manera exponencial, pasando de 6.867 millones de euros mensuales en 2010 a 12.828 millones en agosto pasado, casi el doble (+86%), lo que ha sobrecargado la capacidad del sistema y obligado a la Seguridad Social a recurrir a préstamos del Estado para pagar las pagas extras de los jubilados. El resultado es una deuda que supera los 116.000 millones de euros en la actualidad.

En este contexto, y a pesar de las cifras récord de afiliación, la ratio cotizante/pensionista sigue siendo precaria, sostenida en gran parte por las regiones con mayor dinamismo laboral, como Madrid, Baleares o Cataluña, que elevan la media. No obstante, en 20 de las 52 provincias españolas (incluyendo Ceuta y Melilla), la proporción es inferior a dos cotizantes por cada pensionista. Esta situación es peligrosa, ya que, como advierten los expertos, el equilibrio en los sistemas de reparto, donde las cotizaciones de los trabajadores en activo financian las pensiones de los jubilados, es difícil de mantener cuando la relación entre afiliados y pensionistas es inferior a 2, lo que ocurre en casi el 40% de las provincias españolas. Según el Instituto Santalucía, se necesitarían al menos 2,6 afiliados por pensionista "para eliminar el actual déficit contributivo de la Seguridad Social", es decir, unos 3 millones de cotizantes más que los actuales.

Provincias como Ourense, Lugo, León, Asturias y Zamora, que tienen una de las poblaciones más envejecidas, no solo están muy por debajo de la ratio necesaria, sino que ni siquiera alcanzan los 1,5 cotizantes por pensionista. Ourense, con una proporción de 1,1, tiene el dudoso honor de ser la provincia donde hay casi tantos pensionistas como trabajadores en activo: 127.964 afiliados frente a 95.066 jubilados. Otras provincias están peligrosamente cerca de esa ratio, como Lugo y León, con apenas 1,3 ocupados por cada pensionista, y Asturias y Zamora, donde la proporción es de 1,4. Esta situación refleja la gravedad del problema del envejecimiento demográfico sin un relevo generacional adecuado.

En un informe reciente, la Fundación BBVA advertía que, según las previsiones, la tasa de dependencia demográfica (proporción de personas que dependen económicamente de la población en edad de trabajar) pasará del 31% en 2022 a casi el 54% en 2050, lo que requeriría más de 6 millones de afiliados adicionales para alcanzar el equilibrio financiero en el sistema de pensiones contributivas.

En el lado opuesto, entre las provincias que elevan la ratio media destacan Baleares, con 3,5 afiliados por cada pensionista; Madrid, con una proporción de 3,2; y Almería, con 3 ocupados por cada jubilado. Lejos de esta proporción está Barcelona, con 2,4, a pesar del tamaño de su mercado laboral, uno de los más grandes junto al de Madrid, que cuenta con 3,68 millones de cotizantes frente a los 2,86 millones de la Ciudad Condal. Mientras que los afiliados madrileños sostienen a 1,14 millones de pensionistas, los barceloneses sustentan a 1,17 millones.

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