(El País, 03-02-2025) | Laboral
El aumento del empleo en 2023, con la creación de cerca de medio millón de nuevos puestos de trabajo, ha generado debate en la oposición sobre si esta mejora en las cifras oculta un deterioro en la calidad del empleo. La principal preocupación se centra en la duración de la jornada laboral. Aunque el 62% de los nuevos contratos fueron a tiempo completo, el número de empleos a tiempo parcial creció más de tres veces en comparación con los de jornada completa.
Un análisis más detallado de la Encuesta de Población Activa (EPA), el estudio de referencia en la Unión Europea para evaluar el mercado laboral, ofrece una visión más matizada. Un aspecto clave es diferenciar cuántos trabajadores tienen un contrato a media jornada por elección propia y cuántos lo aceptan porque no encuentran otra opción con más horas. Esta última situación, conocida como trabajo a tiempo parcial involuntario, afectaba a 1,36 millones de empleados a finales de 2023, representando el 6,2% del total de ocupados, el nivel más bajo en los últimos 15 años.
Para encontrar un porcentaje inferior de trabajadores en esta condición, habría que remontarse a 2009, en plena crisis financiera, cuando el 6% de los ocupados se encontraba en esta situación. Un caso representativo es el de Inés, una profesora de Sociología de 45 años que trabaja en cuatro universidades privadas de Madrid. "Me gustaría tener un solo empleo de jornada completa, pero con varios trabajos no llego a sumar las ocho horas diarias", comenta, asegurando que aceptaría sin dudarlo un contrato único a tiempo completo.
Los datos de la EPA reflejan que el empleo parcial involuntario representa casi la mitad del total de empleos a tiempo parcial. En términos generales, el trabajo a tiempo parcial creció un 6% el año pasado, frente al 1,5% de incremento en los empleos a jornada completa. Sin embargo, la estadística muestra que el aumento se debe, en gran medida, a quienes eligieron esta modalidad de manera voluntaria. Mientras que el número de empleados con jornada reducida por falta de oportunidades a tiempo completo descendió un 1,2% en 2024, el resto de los empleos a tiempo parcial por otras razones aumentó.
Entre quienes optaron por esta modalidad, destacan los 355.000 empleados que combinaron su trabajo con estudios, un grupo que creció un 14%. También se incrementaron en un 18% los que simplemente prefieren no trabajar a jornada completa, alcanzando los 232.200 ocupados. Además, el cuidado de niños o adultos enfermos llevó a 374.000 personas a trabajar a tiempo parcial, un 11% más que el año anterior, mientras que otras responsabilidades familiares afectaron a casi 200.000 trabajadores, representando un aumento del 7%.
Las propias condiciones de salud también influyen en la elección de jornadas reducidas. En 2023, 55.000 empleados optaron por trabajar menos horas debido a enfermedades, un colectivo que creció un 17%. Entre ellos se encuentra J. M., un trabajador con discapacidad reconocida que desempeña su labor en una empresa del tercer sector. "Tengo una jornada de seis horas, pero si me ofrecieran ampliarla a ocho, diría que no. Necesito tiempo para ir al fisioterapeuta, cuidarme y, recientemente, atender una asociación que hemos creado", explica.
Otro caso de elección voluntaria es el de Ángela, una comercial de 39 años en el sector servicios, quien siempre ha preferido contratos con menos de 40 horas semanales. "Al principio, era porque estudiaba en la universidad, luego porque vivía lejos del trabajo y no quería llegar tarde a casa. Después tuve un hijo, pero incluso cuando él crezca, seguiré prefiriendo la jornada parcial", comenta. Su decisión le ha costado oportunidades laborales, ya que muchas empresas prefieren contratar a tiempo completo, lo que dificulta cambiar de empleo.
El investigador Florentino Felgueroso, de Fedea, sugiere otro indicador más preciso para evaluar la calidad del empleo en términos de jornada laboral: el subempleo. Según el INE, este concepto incluye a trabajadores que desean trabajar más horas, así como a aquellos cuyas horas efectivas son inferiores a las habituales en su sector.
Aunque el subempleo ha disminuido en los últimos años, su reducción se ha ralentizado. En 2024, se mantuvo en torno al 8% del total de empleados, sin aumentar a pesar del crecimiento del empleo parcial, lo que sugiere cierta estabilidad en la calidad del empleo.
El perfil de los subempleados muestra una mayor presencia de mujeres, que representan el 60% del total. También destacan los trabajadores extranjeros, que, a pesar de constituir el 15,7% de la población ocupada, suponen el 38% de los subempleados. Asimismo, el grupo de edad entre 45 y 54 años representa el 27% de este colectivo.
Los trabajadores más jóvenes han experimentado un mayor aumento en el deseo de ampliar su jornada laboral. En 2023, el porcentaje de jóvenes de entre 16 y 19 años que querían trabajar más horas creció un 14%, mientras que en el grupo de 20 a 24 años aumentó un 7%.
Felgueroso explica que, en el caso de los jóvenes y los trabajadores extranjeros, su presencia en el subempleo puede estar relacionada con la entrada en el mercado laboral, ya que muchas veces aceptan el primer empleo disponible. En cambio, en el caso de los trabajadores de mayor edad, el subempleo suele estar ligado a reajustes en su trayectoria profesional, como despidos, prejubilaciones o cambios en sus circunstancias personales.