(Cinco Días, 20-09-2024) | Mercantil, civil y administrativo
El ciclo de flexibilización monetaria en el que se encuentran los principales bancos centrales está dando un respiro tanto a emisores públicos como privados, y el Tesoro está aprovechando esta situación. Apenas un día después de que la Reserva Federal anunciara la primera reducción de tipos en la magnitud y forma que el mercado anticipaba, el organismo dependiente del Ministerio de Economía continuó con su plan de financiación, captando 5.562,2 millones de euros en deuda a medio y largo plazo con tipos más bajos.
La disminución del costo del dinero y el creciente interés de los inversores por la deuda española están ayudando a reducir el coste de las nuevas emisiones. A la espera de que el Tesoro publique las cifras actualizadas, se estima que el tipo medio de las operaciones ronda el 3%, algo que no se veía desde enero de 2023, quedando lejos del 3,853% registrado hace diez meses.
La caída en las rentabilidades no ha afectado el interés por la deuda española. En un contexto en el que la renta fija está volviendo a ganar protagonismo, los inversores han aumentado su apuesta por la deuda española, impulsados por la mejora en las perspectivas de crecimiento. Aunque en esta ocasión la demanda no ha duplicado la oferta, las peticiones de compra siguieron siendo robustas. En total, las órdenes para las tres referencias superaron los 9.700 millones de euros. La relación entre la oferta y la demanda fue de 1,7 veces, manteniéndose en la media del año, aunque por debajo del 2,48 veces de la emisión récord de septiembre.
La mayor parte de la emisión se destinó a la deuda a siete años. En bonos con vencimiento en 2031, se adjudicaron 2.384,29 millones al 2,701%, lo que representa una reducción de 72 puntos básicos respecto a la subasta anterior. Además de la rentabilidad, estos títulos tendrán un cupón del 3,1%. En un entorno donde las rentabilidades de la deuda a corto plazo caen por debajo del 3%, los inversores están alargando la duración de sus carteras para asegurar rendimientos atractivos por más tiempo. Según Sofía Antón, directora de Auriga Bonos, los inversores están mostrando interés por la deuda con vencimientos entre cinco y diez años, siendo los bonos a siete años los más demandados, con solicitudes que alcanzaron los 3.799,3 millones.
En cuanto a los bonos con una vida residual de cuatro años y un mes, el Tesoro colocó 1.404 millones al 2,478%, por debajo del 3,197% anterior. En este caso, el cupón fue del 5,15% y la demanda alcanzó los 2.873,24 millones, lo que casi duplica la oferta. Por último, en deuda a 20 años, se colocaron 1.773,76 millones con vencimiento en 2043 al 3,543%, también inferior al 3,652% previo. El cupón para esta referencia es del 3,45%, y las órdenes de compra llegaron a 1.773,56 millones. Aunque la deuda a largo plazo está ganando fuerza, los inversores son cautelosos y aumentan gradualmente la duración de sus carteras.
Cristina Gavín, responsable de renta fija de Ibercaja Gestión, sugiere actuar con prudencia y destaca la importancia de gestionar activamente las duraciones para obtener rentabilidades atractivas sin que las posibles subidas de los rendimientos erosionen las ganancias. De manera similar, David Ardura, director de inversiones de Finaccess Value, señala que el mercado podría estar anticipándose demasiado y no descarta un repunte en las rentabilidades. Mientras los rendimientos suben, los precios caen, por lo que Ardura considera que los plazos medios, como los bonos a tres años, son los más interesantes.
Con la emisión realizada ayer, el Tesoro habría completado las colocaciones previstas en el calendario. La emisión bruta total proyectada para 2024 asciende a 257.572 millones de euros. Según fuentes del Tesoro, España ya ha cubierto el 81,3% de sus necesidades de financiación para este año, y en deuda a medio y largo plazo, ha ejecutado el 81,9% del programa.