(El Economista, 27-05-2025) | Laboral

En el primer trimestre de 2025, el número de personas ocupadas que cuentan con un segundo empleo se situó en 537.700. Aunque esta cifra continúa siendo elevada en comparación con los niveles previos a la pandemia, representa el valor más bajo desde 2022 tras una caída interanual del 9,1%. En el caso de los asalariados, que representan el 80% de los pluriempleados, el descenso ha sido aún más pronunciado, alcanzando un 12,4%, el mayor registrado en un primer trimestre desde que existen datos. Este comportamiento rompe con una de las tendencias tradicionales del mercado laboral español, influido por factores como la reforma laboral y los recientes incrementos salariales.

El pluriempleo suele interpretarse como una señal de precariedad, pero también actúa como un indicador del momento económico. Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), que se remontan a 2002, muestran cómo esta modalidad laboral tiende a incrementarse en fases de expansión del PIB y generación de empleo, y a reducirse en periodos de crisis.

Durante los años de auge previos a la Gran Recesión -la llamada burbuja inmobiliaria, financiera e hipotecaria-, el número de trabajadores con más de un empleo creció con fuerza, pasando de 287.400 en 2002 a 571.800 en 2008. La tasa de pluriempleo respecto al total de ocupados subió del 1,7% al 2,8%, lo que indica que este fenómeno creció a mayor ritmo que el empleo general. Esto reflejaba tanto la necesidad de complementar ingresos como la facilidad para encontrar empleos adicionales.

Sin embargo, tras el estallido de la crisis, la situación cambió drásticamente. En 2012, los pluriempleados descendieron hasta los 330.500, apenas el 1,9% del total. Esta caída está en línea con la destrucción masiva de empleo, que redujo la ocupación total en un 14%. Curiosamente, el pluriempleo empezó a recuperarse antes que el empleo general, cuyo punto más bajo no llegó hasta 2014. Esto se debe a que la mayoría de los empleos secundarios se concentran en el sector servicios, que fue el primero en mostrar signos de recuperación gracias al turismo.

Pese a la salida de la crisis, los niveles anteriores de pluriempleo no se recuperaron plenamente, reflejo de un crecimiento económico menos dinámico. Fue tras la pandemia cuando se alcanzó un nuevo récord: 602.600 personas con empleo secundario en el cuarto trimestre de 2023, con una tasa del 2,8% del total de ocupados.

Este dato subraya que el incremento no fue solo fruto del aumento general del empleo, sino que el peso del pluriempleo dentro del mercado laboral también creció. Sin embargo, ese fue su pico máximo. Ya en el primer trimestre de 2024, el número descendió a 591.300, algo que podría explicarse por la estacionalidad habitual de esta modalidad. Desde entonces, la cifra ha seguido bajando, y en 2025 se ha registrado el primer descenso interanual en un primer trimestre desde 2021 (marcado por la pandemia) y el más fuerte desde 2012. Así, la tasa ha caído al 2,5%.

Lo más destacable es que esta bajada se concentra en los asalariados. Mientras que los trabajadores por cuenta propia -el 20% de los pluriempleados- han aumentado un 6,5%, los asalariados con un segundo empleo han disminuido un 12,4% en un año. Actualmente, hay 427.200 asalariados pluriempleados, el nivel más bajo desde 2022.

Estos representan ahora el 2,3% del total de asalariados, frente al 2,7% de hace un año. Este dato es significativo porque confirma que el peso del pluriempleo entre los asalariados ha caído a su nivel más bajo desde 2021, cuando la economía comenzaba a salir del impacto de la pandemia. En definitiva, su evolución se ha desacoplado de la tendencia general del empleo.

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