(Cinco Días, 07-10-2025) | Mercantil, civil y administrativo
El precio del oro continúa su escalada imparable, acumulando ya un incremento del 50% en lo que va de año y superando por primera vez los 3.900 dólares por onza. Se acerca así a la barrera de los 4.000 dólares, en un ascenso que bate récords casi a diario y refleja el creciente interés de los inversores por el metal precioso, más allá de las compras de los bancos centrales, que han sostenido su precio en los últimos meses.
El cierre parcial del Gobierno de Estados Unidos ha actuado como último catalizador del rally del oro, que hoy se sitúa por encima de los 3.940 dólares la onza. Este bloqueo administrativo ha impedido la publicación de indicadores económicos clave, como el dato de creación de empleo de septiembre, aumentando la incertidumbre entre los inversores. Ante la falta de información y el estancamiento político, surgen dudas sobre la salud de la mayor economía del mundo y sobre las posibles rebajas de tipos que la Fed podría aplicar este año.
El oro ha acelerado su subida este año como reacción a las políticas económicas de Donald Trump, que han impulsado a los inversores a diversificar sus carteras ante la debilidad del dólar. Sin cuestionar su papel como divisa de referencia mundial, tanto inversores institucionales como bancos centrales buscan activos alternativos al dólar y a la deuda pública estadounidense, situando al oro como su principal opción. Además, con unos aranceles que amenazan con aumentar la inflación y la expectativa de que la Fed reduzca los tipos, el oro refuerza su rol como activo refugio frente al repunte de precios.
"En lo que va de año, el oro ha subido casi un 50% y ha duplicado su valor en tres años. Estamos ante un rally excepcional, comparable al registrado tras la suspensión de los acuerdos de Bretton Woods en los años 70, cuando se eliminó la convertibilidad del dólar en oro", explica Marco Mencini, responsable de análisis de Plenisfer, grupo Generali Investments.
La cota de los 4.000 dólares por onza está cada vez más cerca, superando las previsiones de los analistas. Incluso los 5.000 dólares dejan de ser un nivel descabellado: Goldman Sachs prevé que podría alcanzarse si aumentara la desconfianza hacia la deuda pública estadounidense por la intervención de la Casa Blanca en la Reserva Federal. Según el banco, bastaría que apenas el 1% del capital privado invertido en deuda estadounidense se desviara hacia el oro. "Estamos asistiendo a una pérdida acelerada del poder adquisitivo de las monedas emitidas por los Estados. Al igual que el dólar, la libra, el yen y el euro han perdido valor frente al oro en los últimos meses", señala Ned Naylor-Leyland, gestor del fondo Gold & Silver y experto en metales preciosos de Jupiter AM.
El oro está cerca de duplicar su valor en el rally acumulado entre este año y el pasado, con un aumento cercano al 90%. Este ascenso también repercute en otros segmentos del mercado, como la cotización de compañías mineras o la inversión en oro a través de ETF, que están generando ganancias que duplican las del oro físico. De este modo, el interés por el metal no solo actúa como cobertura frente a la inflación, sino que también impacta en la renta variable.
Hoy, el alza del precio del oro no solo está respaldada por los bancos centrales -que diversifican sus reservas desde la guerra en Ucrania y la congelación de activos del Banco de Rusia-, sino también por el apetito de inversores institucionales. A ello se suma la demanda de inversores minoristas y compradores de joyas, especialmente en China, que refuerza la apreciación del metal.