(Cinco Días, 13-05-2025) | Mercantil, civil y administrativo
El reciente acuerdo comercial entre China y Estados Unidos ha tenido un efecto inmediato en el mercado de divisas. Tras pactar una reducción temporal de los aranceles -Washington los bajará del 145% al 30% durante 90 días, y Pekín del 125% al 10%-, el euro ha registrado este lunes su mayor retroceso del año frente al dólar, perdiendo más de un 1,5% y cayendo por debajo del umbral de los 1,11 dólares, algo que no ocurría desde hace más de un mes.
Este fortalecimiento del dólar se da tras una etapa en la que había sido uno de los activos más afectados por la guerra comercial iniciada por Donald Trump, cuyas medidas provocaron temores de estancamiento económico. En aquel contexto, la divisa estadounidense llegó a sufrir su peor caída frente al euro en una década, con la moneda europea alcanzando los 1,15 dólares en su punto más fuerte.
Ahora, el panorama parece cambiar. Desde Citi, califican la reducción arancelaria como más positiva de lo esperado, mientras que Holger Schmieding, economista jefe de Berenberg, advierte que, aunque la tensión comercial podría relajarse en los próximos meses, los aranceles seguirán siendo más altos que antes del mandato de Trump.
Este alivio no solo afecta a China, sino también a otros países, lo que ha contribuido a impulsar al dólar. A pesar de que en el primer trimestre el PIB estadounidense se contrajo una décima, la Reserva Federal considera que esta caída es temporal, atribuida a una anticipación en las compras empresariales para esquivar los aranceles. Según este análisis, en el segundo trimestre debería haber una recuperación económica.
Desde ING señalan que el dólar necesita noticias constantes que respalden la desescalada comercial para mantener su recuperación. Hasta ahora, la administración Trump ha proporcionado esos mensajes, y aunque la subida del dólar no ha sido tan pronunciada como la de las bolsas, se percibe una clara mejora gracias al enfoque más pragmático de la Casa Blanca.
Derek Halpenny, del MUFG Bank, también cree que el cambio de clima favorece al dólar en el corto plazo, aunque considera que el uso de los aranceles como herramienta de presión persistirá. "El orden mundial está evolucionando y la geoeconomía ha llegado para quedarse", sostiene.
Por otro lado, la publicación del dato de inflación en EE.UU. este martes podría generar cierta volatilidad en la moneda, aunque se espera que el impacto de los aranceles aún tarde en reflejarse en los precios al consumidor, debido al tiempo que transcurre desde la aplicación de los gravámenes hasta que los productos llegan a las tiendas.
El Banco Central Europeo también está influyendo en la fortaleza del dólar. Se espera que en su reunión de junio reduzca los tipos de interés en un cuarto de punto, hasta el 2%, en respuesta al carácter desinflacionario de las tensiones comerciales en Europa. En contraste, la Reserva Federal ha mantenido estables sus tasas en las últimas tres reuniones.
En este contexto, Isabel Schnabel, miembro del comité ejecutivo del BCE y conocida por su enfoque conservador, ha enfriado las expectativas de más recortes. En una intervención reciente en la Universidad de Stanford, defendió mantener los tipos cercanos a los actuales, en un nivel neutral. Esto refuerza la idea de que, mientras el BCE podría seguir bajando tipos, la Fed mantendría una postura más estable, lo que teóricamente sigue beneficiando al dólar.