(El Economista, 24-12-2025) | Mercantil, civil y administrativo
El euro se encamina a cerrar el año como la divisa más destacada del mercado de cambios. La moneda única, utilizada por 20 países, acumula una revalorización del 8,25% en 2025 frente a una cesta de las principales monedas internacionales, entre ellas el dólar, la libra esterlina y el franco suizo. La evolución de los tipos de interés de los principales bancos centrales y la salida de inversores de activos denominados en dólares durante la primera mitad del año han sido factores decisivos para que el euro mantenga su fortaleza durante casi todo el ejercicio. Aunque no se encuentra en los máximos anuales, todo apunta a que seguirá siendo una referencia clave en los próximos meses.
El índice de Bloomberg que mide el comportamiento del euro frente a una cartera ponderada de divisas del G-10 -con un peso predominante del dólar- se sitúa en torno a los 935 puntos. Este nivel permite a la moneda común aventajar en cerca de un 8% al resto de divisas en 2025 y firmar su mejor comportamiento en el mercado de divisas desde 2017.
El inicio de 2025 estuvo marcado por un fuerte recelo hacia los activos vinculados al dólar estadounidense. Parte de esa desconfianza estuvo relacionada con las políticas impulsadas desde la Casa Blanca y la escalada de la guerra comercial promovida por Donald Trump. Este contexto favoreció la salida de capitales de Wall Street, la venta de deuda pública estadounidense y el aumento de las compras de oro, lo que debilitó al dólar y reforzó al euro como activo refugio.
Posteriormente, aunque el conflicto arancelario se moderó gracias al avance de las relaciones bilaterales, los inversores no regresaron de forma inmediata a los activos denominados en dólares. A ello se sumó la reanudación de los recortes de tipos por parte de la Reserva Federal, mientras el Banco Central Europeo mantenía la facilidad de depósito en el 2%. Este acercamiento entre las políticas monetarias de ambos bancos centrales redujo el diferencial de tipos y consolidó la posición dominante del euro. A pocas sesiones de finalizar 2025, el cruce euro-dólar se sitúa en torno a los 1,17 dólares, con una subida acumulada del 13,3% en el año.
El liderazgo del euro no se limita al dólar. La moneda común se aprecia un 5,6% frente a la libra esterlina y supera con claridad al yen japonés, con un cruce cercano a los 184 yenes, lo que supone una ganancia superior al 13% en 2025 y máximos históricos. Solo el franco suizo muestra un mejor comportamiento relativo, aunque con una ventaja mínima de en torno al 1%, apoyado también en su condición de valor refugio.
Las previsiones del consenso de mercado recopiladas por Bloomberg apuntan a que el euro seguirá ganando terreno en el mercado de divisas. Para los próximos meses se espera que continúe apreciándose frente al dólar, y los contratos de futuros anticipan un tipo de cambio próximo a los 1,20 dólares al cierre de 2026, impulsado por el mantenimiento del estrechamiento del diferencial de tipos entre el BCE y la Fed.
Una evolución similar se espera en el cruce con la libra esterlina, según las estimaciones de Bankinter. "El diferencial de tipos seguirá favoreciendo a la libra, con el tipo de referencia británico en el 3,25% frente al 2% de la facilidad de depósito en la zona euro. Sin embargo, la debilidad del sector exterior nos lleva a prever que la libra se mueva en un rango lateral con ligera depreciación frente al euro, entre 0,85 y 0,90, durante 2026 y 2027", señalan los analistas del banco. Por su parte, el yen tendería a apreciarse en los próximos meses, aunque sin recuperar totalmente lo perdido en 2025, mientras que el franco suizo se mantendría estable frente al euro.
No obstante, la fortaleza del euro no siempre juega a favor de los inversores europeos con exposición a activos denominados en otras monedas. Si la moneda única continúa apreciándose frente al dólar, la rentabilidad de invertir en la bolsa estadounidense se verá mermada al convertir los beneficios a euros. Lo mismo sucede con la compra de bonos de Estados Unidos sin cobertura de divisa. Esta situación ya se ha hecho evidente en 2025: gracias al avance del euro frente al dólar desde comienzos de año, un inversor europeo apenas obtiene una rentabilidad real del 2,4% en el S&P 500 si hubiera invertido el 1 de enero y cerrado su posición en la actualidad. En cambio, para un inversor estadounidense, la rentabilidad del índice, sin efecto divisa, supera el 16%.