(Cinco Días, 03-11-2025) | Mercantil, civil y administrativo

Casi dos años después, el euríbor vuelve a dar un respiro menor -pero en sentido contrario- a los titulares de hipotecas variables. Aunque el impacto en la cuota mensual será muy leve, de apenas cuatro euros al mes para un préstamo medio, supone el primer encarecimiento desde noviembre de 2023. Esta subida afectará únicamente a quienes tengan revisión semestral, que son una minoría, pero marca el fin del ciclo de rebajas continuadas que habían disfrutado millones de hipotecados. En concreto, el euríbor cerró octubre en el 2,187%, ligeramente por encima del 2,172% de septiembre y del 2,143% de abril, referencia clave para las revisiones a seis meses.

El índice encadena tres meses consecutivos de aumentos. Aunque moderados, estos repuntes han enfriado el entusiasmo generado por su caída desde el máximo del 4,16% en octubre de 2023. Aquella bajada vino impulsada por las expectativas -y posterior materialización- de recortes en los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE), lo que redujo las cuotas hipotecarias y alivió los bolsillos de las familias.

Ahora, con la inflación controlada, el BCE ha pausado su política de bajadas. Christine Lagarde y su equipo han mantenido los tipos sin cambios durante tres reuniones seguidas, y no se esperan reducciones a corto plazo. Como resultado, el euríbor se ha estabilizado entre el 2% y el 2,2% desde abril.

Aun así, quienes revisen su hipoteca anualmente seguirán beneficiándose de cuotas algo más bajas durante unos meses más. En octubre de 2024, el euríbor estaba en el 2,691%, por lo que una hipoteca media en España -unos 145.673 euros a 25 años, según el INE- aún verá una rebaja aproximada de 49 euros al mes, equivalente a 588 euros anuales.

Pero el euríbor no solo influye en quienes ya tienen hipoteca. También afecta a quienes planean contratar una. Según los últimos datos del INE (agosto), el tipo de interés medio de las nuevas hipotecas continúa descendiendo: se situó en el 2,89%, frente al 3,28% de un año antes, y ligeramente por debajo del 2,94% de julio, alcanzando su nivel más bajo desde febrero de 2023.

Ese abaratamiento ha impulsado la firma de nuevas hipotecas, que en agosto ascendieron a 33.271, un 7,5% más que en el mismo mes de 2024. El acceso a un crédito más barato permite a más familias pasar del alquiler a la compra, al reducir la cuota mensual y facilitar que los solicitantes cumplan con los criterios bancarios, que limitan el préstamo a un máximo del 35% de los ingresos.

Sin embargo, este aumento de la demanda presiona los precios de la vivienda, compensando el beneficio del euríbor más bajo: lo que se ahorra en intereses se acaba pagando en el precio de compra. Respecto al futuro, los analistas prevén estabilidad. Con los tipos del BCE en pausa y sin señales de inflación inesperada, el euríbor probablemente oscilará sin grandes cambios. El servicio de estudios de Bankinter, por ejemplo, prevé que el índice se mantenga entre el 2,15% y el 2,20% en 2025, y entre el 2,20% y el 2,25% en 2026 y 2027.

La parte positiva es que este escenario ofrece certidumbre a los compradores, que podrán planificar sus pagos sin sobresaltos durante el proceso de compra. La negativa, que el margen de ahorro generado por la bajada del euríbor en los últimos meses irá reduciéndose gradualmente.

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