(El Economista, 08-09-2025) | Fiscal
El Consejo para la Defensa del Contribuyente ha solicitado a Hacienda que actualice las deducciones y reducciones fiscales conforme a la inflación. El organismo denuncia situaciones llamativas, como la de contribuyentes que han perdido la deducción por ascendientes a cargo debido a que las cuantías de referencia no se han revisado, mientras las pensiones sí han subido. También critica lo desfasado del mínimo exento en el IRPF, fijado desde 2006 en 5.550 euros, cuando hoy debería situarse en torno a 7.680 euros para cubrir los gastos básicos.
Según el Consejo, el encarecimiento de la vida ha disparado las reclamaciones por la falta de actualización de estas ayudas. "En períodos inflacionarios, la presión fiscal se intensifica con el paso de los años, perjudicando sobre todo a quienes cuentan con menos recursos", advierte.
Actualmente, los contribuyentes pueden deducir en la Renta 1.150 euros por ascendiente mayor de 65 años y 1.400 si supera los 75, siempre que el progenitor no tenga rentas superiores a 8.000 euros. Sin embargo, con las revalorizaciones de las pensiones, muchos jubilados han sobrepasado este límite, lo que ha dejado a sus hijos sin derecho a la ayuda.
El informe alerta de que numerosas familias, en especial las más vulnerables, han perdido el acceso a estas reducciones pese a que su situación real no ha mejorado, sino que probablemente se ha deteriorado por el aumento del coste de vida.
Ignacio Arráez, vicepresidente de la Asociación Española de Asesores Fiscales (AEDAF), subraya que la falta de ajuste del IRPF a la inflación afecta directamente a la base imponible. Explica que, aunque salarios y pensiones se revalorizan para mantener el poder adquisitivo, si el impuesto no se corrige, Hacienda termina gravando esa subida, reduciendo el beneficio para el contribuyente.
Arráez añade que el problema es más amplio, ya que cualquier cuantía fija en la ley del IRPF pierde valor con el tiempo. Por ejemplo, la deducción de 2.000 euros por rendimientos del trabajo permanece sin cambios, lo que implica una pérdida de capacidad adquisitiva. Lo mismo ocurre con el seguro médico de empresa, exento hasta 500 euros: si la póliza sube, el trabajador paga impuestos por el exceso.
El mínimo exento individual, pensado para garantizar unos ingresos básicos libres de impuestos, tampoco se ha modificado desde 2006. Sigue fijado en 5.500 euros, cuando debería rondar los 7.681 euros, lo que supone una actualización pendiente del 30%.
El mínimo por descendientes, que oscila entre 2.400 y 4.500 euros según el número de hijos menores de 25 años con rentas inferiores a 8.000 euros, también ha quedado obsoleto, igual que las deducciones por familia numerosa (1.200 euros anuales o 2.400 si hay más de cinco hijos) y la de maternidad (1.200 euros).
El Consejo recuerda que hace años no se lleva a cabo una revisión sistemática de estas cuantías para adaptarlas al coste de la vida y a la capacidad económica real de los ciudadanos, aunque reconoce que hacerlo reduciría los ingresos de Hacienda.
Arráez destaca además que, desde 2015, tras un cambio legal, las ganancias patrimoniales ya no se actualizan con la inflación. Como ejemplo, menciona que si alguien compra una vivienda por un millón de euros y la vende años después por 1,2 millones, debe tributar por la ganancia íntegra de 200.000 euros, sin descontar la parte que corresponde a la inflación. Antes existían coeficientes de corrección para evitar este efecto, pero fueron eliminados y el Tribunal Constitucional avaló en 2023 dicha supresión.