(El Periódico, 12-09-2025) | Mercantil, civil y administrativo
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha planteado la suspensión del Acuerdo de Asociación Comercial firmado entre la Unión Europea e Israel en el año 2000, como respuesta al grave deterioro humanitario que atraviesa la Franja de Gaza. De aplicarse, esta medida supondría un importante golpe para Israel, que perdería los beneficios derivados de sus actuales condiciones preferenciales de comercio con el bloque europeo.
En 2024, el intercambio de bienes entre la UE e Israel alcanzó los 42.600 millones de euros, una cifra incluso superior al volumen registrado con Estados Unidos, que se situó en 31.600 millones. De ese total, las exportaciones europeas a Israel sumaron 26.700 millones de euros, destacando maquinaria y equipos de transporte (11.500 millones, 43%), productos químicos (4.800 millones, 18%) y otros bienes manufacturados (3.100 millones, 11,7%).
Por el lado contrario, las importaciones procedentes de Israel ascendieron a 15.900 millones de euros, concentradas en los mismos sectores: maquinaria y transporte (7.000 millones, 43,9%), químicos (2.900 millones, 18%) y manufacturas diversas (1.900 millones, 12,1%). Actualmente, Israel ocupa el puesto 31 entre los socios comerciales de la UE, con un 0,8% del comercio total de bienes del bloque. Bruselas, no obstante, aclara que los productos originarios de los asentamientos israelíes en territorios ocupados desde 1967 no pueden acogerse a los beneficios arancelarios previstos en el acuerdo.
La UE es, a su vez, el principal socio comercial de Israel, concentrando un 32% de su comercio de bienes en 2024. Ese año, un 34,2% de las importaciones israelíes provinieron de la Unión, mientras que un 28,8% de sus exportaciones tuvieron como destino el mercado comunitario. Según Naciones Unidas, Alemania lideró la relación comercial con Israel dentro de la UE, con un volumen de 7.900 millones de euros, seguida de Irlanda (4.900 millones) e Italia (4.000 millones). España ocupó la sexta posición, con 2.320 millones, por detrás de Francia (2.800 millones).
En paralelo, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció ayer la suspensión de la compraventa de armas con Israel. Aunque este sector no es clave en el comercio bilateral, la medida probablemente añadirá más presión a unas relaciones comerciales ya debilitadas desde el inicio del conflicto.
Además del intercambio de bienes, la relación económica se sustenta en fuertes inversiones. Según SOMO, la UE es el mayor inversor mundial en Israel, con un volumen de 72.100 millones de euros en 2023, muy por encima de los 39.200 millones procedentes de Estados Unidos y los 2.400 millones de China. En sentido inverso, Israel destinó 65.900 millones a inversiones en la UE, una cifra siete veces superior a la de EE.UU. (8.800 millones) y muy superior a la de Canadá (2.900 millones).
Países Bajos encabeza la lista de inversores europeos en Israel, con más de 50.000 millones en 2023, lo que representa dos tercios del total de la UE. Le siguen Luxemburgo (7.700 millones), Alemania (4.800 millones) y Francia (3.600 millones). España figura en octavo lugar, con apenas 250 millones, frente a los 1.000 millones invertidos por Italia.
Entre las empresas europeas más vinculadas a Israel destacan PIMCO, gestora de bonos del grupo Allianz, que desde octubre de 2023 ha adquirido más de 1.000 millones en deuda pública israelí, y Leonardo, la compañía italiana de armamento participada en un 30,2% por el Estado, mencionada en un informe de la ONU por su continua venta de material militar al país.