(Cinco Días, 31-01-2025) | Mercantil, civil y administrativo

El Banco Central Europeo ha señalado 2025 como el año clave para lograr que la inflación vuelva de manera estable al objetivo del 2%, poniendo así fin a la crisis de precios que ha generado malestar e incertidumbre. A pesar del estancamiento económico en la eurozona, la institución considera compatible este ajuste con la continuidad en la reducción de los tipos de interés. Este jueves, como se esperaba, decidió recortarlos en 25 puntos básicos, situándolos en el 2,75%. Se trata de la cuarta bajada consecutiva y la quinta en las últimas seis reuniones. En su comunicado, el BCE señala que el proceso de desinflación avanza según lo previsto y que la inflación probablemente regresará al 2% a medio plazo durante este año. Christine Lagarde, presidenta del organismo, ofrecerá más detalles en una rueda de prensa programada para las 14:45.

Desde la última reunión en diciembre, han surgido factores que podrían complicar la flexibilización de la política monetaria. La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha introducido incertidumbre en el comercio global, con la posibilidad de nuevos aranceles. Al mismo tiempo, la Reserva Federal ha pausado sus recortes de tipos debido a la solidez de la economía estadounidense y la persistencia de la inflación, lo que podría debilitar el euro frente al dólar y generar presiones inflacionarias en Europa. Además, el precio del gas ha experimentado un incremento significativo tras la expiración de un contrato con Gazprom, y actualmente se sitúa casi un 50% por encima del nivel de hace un año. Sin embargo, los indicadores de actividad económica en la eurozona han mostrado signos de recuperación, lo que reduce la urgencia de acelerar la bajada de tipos para estimular el crecimiento.

A pesar de estos desafíos, ninguna de estas circunstancias parece suficiente para frenar la trayectoria de reducción de tipos, que los mercados esperan continúe hasta alcanzar el 2% en junio. La economía, aunque con diferencias entre países, muestra signos de debilidad. Mientras España mantiene un crecimiento sólido, el conjunto de la eurozona registró un crecimiento nulo en el último trimestre de 2024, cuando se esperaba una leve expansión. Alemania, en particular, ha rebajado su previsión de crecimiento para 2025 del 1,1% al 0,3%. Aunque el euro ha perdido algo de valor y la electricidad ha encarecido, estos factores no han generado alarma. Por otro lado, las medidas proteccionistas de Trump podrían representar un riesgo, pero hasta ahora no se han concretado aranceles dirigidos a Europa, y el BCE se guía por hechos más que por declaraciones. Lagarde ha expresado que no ve indicios de que un eventual repunte de la inflación en Estados Unidos, impulsado por políticas fiscales expansivas, barreras comerciales y restricciones migratorias, tenga un impacto significativo en Europa.

Para la próxima reunión del BCE, prevista para el 6 de marzo, los mercados anticipan otro recorte de 25 puntos básicos, lo que marcaría la quinta bajada consecutiva. A partir de ese momento, el debate se centrará en definir el nivel de tipos de interés que no impulse ni frene el crecimiento económico. En esa misma fecha, el BCE presentará nuevas previsiones macroeconómicas, mientras que las decisiones políticas en Estados Unidos seguirán siendo un factor a observar.

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