(El País, 25-09-2025) | Mercantil, civil y administrativo

El Banco Central Europeo (BCE) aconseja guardar dinero en efectivo en el hogar como medida de seguridad ante posibles crisis, como la que sufrió España el pasado abril, cuando un apagón paralizó durante horas los pagos con tarjeta y medios electrónicos. En un artículo del próximo boletín económico de la entidad, los economistas Francesca Faella y Alejandro Zamora-Pérez subrayan que contar con efectivo disponible es fundamental también en contextos como la guerra en Ucrania.

"El efectivo es un elemento clave de la preparación nacional frente a emergencias", sostiene el BCE. La institución recuerda que en distintos países -entre ellos Holanda, Austria y Finlandia- las autoridades recomiendan a las familias disponer en casa de entre 70 y 100 euros por persona, o de la cantidad necesaria para cubrir gastos esenciales durante al menos tres días. Aunque el BCE no establece una cifra concreta, respalda estas orientaciones.

El artículo destaca que la demanda de efectivo aumenta de manera significativa en épocas de gran incertidumbre, como ocurrió durante la crisis financiera de 2008, la crisis de deuda en Grecia en 2014 y 2015, el inicio de la pandemia de la covid-19, la invasión rusa de Ucrania en 2022 -cuando se temieron ciberataques a infraestructuras digitales-, o el reciente apagón en la península ibérica.

Los autores resaltan el papel del efectivo como refugio y medio de pago insustituible en situaciones de emergencia, más allá de su uso cotidiano en las transacciones. En este sentido, el BCE recuerda que los bancos están obligados a garantizar su acceso, algo cada vez más difícil debido al cierre de sucursales y a la reducción de cajeros automáticos. Como ejemplo, el Banco Nacional de Austria ha instalado cajeros en áreas rurales para asegurar el suministro de efectivo, aunque esta práctica no es habitual en otros países europeos.

El apagón en España evidenció esta vulnerabilidad: el consumo con tarjeta cayó entre un 41 % y 42 % en las zonas afectadas respecto a las no afectadas, mientras que las compras online descendieron un 54 %. En conjunto, el consumo nacional se redujo un 34 % en esa jornada, según datos de CaixaBank Research y BBVA Research citados por el BCE. Durante horas quedaron inoperativos terminales de pago, cajeros, monederos digitales y aplicaciones como Bizum, que no se recuperaron por completo hasta la mañana siguiente.

El impacto económico fue notable: la pérdida directa de PIB se estima entre 400 y 1.600 millones de euros. Para el BCE, este episodio convirtió al efectivo, normalmente una opción más de pago, en la única alternativa real para quienes disponían de él.

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