(Expansión, 31-10-2025) | Mercantil, civil y administrativo

El banco central ha decidido mantener su pausa monetaria, que ya supera los cuatro meses, al considerar que el nivel actual de los tipos de interés es adecuado para afrontar las posibles incertidumbres del entorno económico.

Ni siquiera el encanto de Florencia ha alterado la decisión del Banco Central Europeo (BCE), que acudía a la reunión con la firme intención de no modificar los tipos. La institución ha confirmado que el precio del dinero continúa en el 2%, el mismo nivel en el que se mantiene desde junio.

Bajo la presidencia de Christine Lagarde, el BCE ha vuelto a optar por la estabilidad, sin dejar espacio a sorpresas. En esta ocasión, los mercados ya daban por segura la decisión, puesto que ninguno de los miembros del Consejo de Gobierno -ni siquiera los más prudentes- había manifestado públicamente su apoyo a una bajada de tipos, cada vez menos probable.

"La inflación se mantiene cerca del objetivo del 2% a medio plazo, y la valoración de las perspectivas apenas ha variado", señaló el BCE en su comunicado. El organismo destacó además que la fortaleza del mercado laboral, la buena salud financiera del sector privado y las reducciones previas de tipos siguen siendo factores clave que sostienen la resiliencia económica.

Los responsables de política monetaria consideran que el BCE se encuentra en una posición sólida para hacer frente a posibles turbulencias, ajustando los tipos ligeramente al alza o a la baja si fuera necesario. Sin embargo, al mantenerlos sin cambios en esta reunión, la cita de diciembre en Fráncfort se perfila como la última oportunidad del año para un eventual recorte de tipos, algo que parece cada vez menos probable.

Lagarde defendió el buen momento de la economía europea, que creció por encima de las previsiones en el segundo trimestre. Ese dinamismo, impulsado por una mejora del consumo gracias a la recuperación del poder adquisitivo de los hogares, ha reducido parte de las incertidumbres que pesaban sobre la región. Según la presidenta, algunos de los principales riesgos económicos "se han moderado", y aunque persisten amenazas geopolíticas, el BCE muestra mayor confianza.

"Aunque el contexto global sigue siendo un desafío, la situación interna de Europa es más favorable, con más empleo y mayor capacidad de gasto entre los ciudadanos", explicó el BCE. Esta combinación de crecimiento estable e inflación controlada reduce la necesidad de aplicar recortes preventivos en los tipos de interés.

Pese a que la Reserva Federal estadounidense ha continuado su ciclo de bajadas con una reducción de 25 puntos básicos esta semana, el BCE no siente presión para seguir su ejemplo. La diferencia entre ambos tipos de interés sigue siendo amplia -superior a los 175 puntos básicos-, pero sin generar tensiones. De hecho, el euro se ha estabilizado tras la fuerte apreciación que lo llevó a rozar los 1,18 dólares.

Aun así, el BCE mantiene una postura cautelosa. La institución insiste en que tomará sus decisiones de forma gradual, reunión a reunión, en función de los datos económicos. Esta actitud flexible deja abierta la posibilidad de futuros recortes, aunque de manera muy moderada. La prudencia se ha convertido en la principal herramienta del banco central para afrontar un escenario marcado por la incertidumbre geopolítica y económica, manteniendo su credibilidad y margen de maniobra.

En cualquier caso, cuanto más se prolonga esta pausa, más evidente resulta que el ciclo de relajación monetaria se acerca a su fin, y que las opciones para nuevas bajadas de tipos son cada vez más limitadas.

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