(Expansión, 29-10-2025) | Mercantil, civil y administrativo

Florencia sustituye a Fráncfort, aunque sin alterar la ruta prevista. El Banco Central Europeo (BCE) se reúne mañana en Italia para una nueva cumbre de política monetaria, a la que llega con un panorama económico muy similar al de su último encuentro, celebrado a comienzos de septiembre, cuando optó por mantener los tipos de interés sin cambios. Una vez más, el precio del dinero continuará en el 2%, nivel en el que permanece desde junio. Tras cuatro meses de pausa, la gran incógnita que planea sobre la reunión es si esta estabilidad marca ya el inicio de una nueva etapa monetaria y si el actual nivel puede considerarse el punto final del ciclo.

Los inversores estarán atentos a cualquier indicio o señal. Con el paso del tiempo, no obstante, las probabilidades de un nuevo ajuste se van reduciendo, algo que también se percibe en el tono de las discusiones dentro del Consejo de Gobierno.

El ala más estricta del organismo, conocida como los "halcones", defiende firmemente que los recortes de tipos deben darse por concluidos. Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, ha llegado a sugerir que el umbral para una subida de tipos podría ser más bajo de lo que se cree. Otros representantes con posturas similares, como el presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, no cierran la puerta a futuras modificaciones, aunque señalan que solo un cambio significativo en la economía justificaría una nueva intervención.

Por su parte, las "palomas", el sector más prudente del banco central, tampoco parecen ya tan convencidas de la necesidad de seguir bajando los tipos. Destaca el caso del gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, quien durante meses defendió nuevos recortes, pero que ahora reconoce que, "si se produjera un movimiento en el precio del dinero -y subrayo el 'si'-, sería más probable que fuera una bajada que una subida".

En conjunto, el Consejo de Gobierno parece sentirse cómodo con los tipos en el 2%, aunque las razones difieren: algunos prefieren no ir más allá de este nivel, mientras que otros optan por conservar margen de maniobra ante posibles turbulencias económicas. Este consenso se reflejará previsiblemente en una comunicación con un tono más firme y una menor expectativa de recortes, aunque se espera que Christine Lagarde mantenga abierta, aunque sea ligeramente, la posibilidad de futuros descensos.

En un entorno internacional incierto, tanto en lo político como en lo económico, el BCE ha reiterado en varias ocasiones la importancia de conservar la "opcionalidad" en sus decisiones, una estrategia que puede ralentizar su reacción, pero que le otorga una valiosa flexibilidad.

La institución afronta una reunión con pocos datos nuevos sobre la mesa y con la mirada puesta en diciembre, momento en el que podrá cerrar definitivamente el debate sobre los tipos de interés. Será entonces, con la actualización de las previsiones macroeconómicas, cuando se determine qué orientación debe seguir la política monetaria en la zona euro.

El principal argumento a favor de nuevos recortes radica en las previsiones de inflación: se estima que en 2026 caerá al 1,7% y en 2027 se situará en el 1,9%, ambos por debajo del objetivo del 2% que garantiza la estabilidad de precios. Además, en diciembre se conocerán por primera vez las proyecciones para 2028, y si estas también muestran una inflación inferior a la meta, podría evidenciarse una debilidad estructural más que un simple bache transitorio.

ARE YOU LOOKING

FOR PERSONAL OR BUSINESS ADVICE?

Make your inquiry online or come visit us