(El Economista, 24-04-2024) | Laboral

El Banco de España ha instado a llevar a cabo una profunda reforma de las políticas de empleo para abordar una tasa de desempleo "excesivamente elevada", según lo expresado por el regulador en su informe anual. La institución propone en dicho informe la posibilidad de compatibilizar el cobro de la prestación por desempleo durante los primeros momentos de un nuevo empleo, como medida para estimular la permanencia en el mercado laboral y evitar el regreso voluntario al desempleo, apuntalando así la incorporación laboral. En concreto, plantea transformar el subsidio en un complemento salarial, buscando incentivar la movilidad laboral y la salida del desempleo.

El informe subraya que la prestación por desempleo en España, en relación con los ingresos previos, es una de las más generosas de la Unión Europea, llegando a representar entre el 60% y el 80% del salario anterior. Esta situación, según el documento, puede provocar cierta resistencia a la búsqueda activa de empleo. De este modo, el Banco de España se suma al debate en curso sobre la reforma del subsidio por desempleo, en el cual la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, está tratando de llegar a un acuerdo con los agentes sociales, tras no lograr la convalidación del primer texto en el Congreso de los Diputados. El Gobierno necesita impulsar esta normativa para no perder parte de los fondos incluidos en el cuarto desembolso de los Next Generation.

Pero los cambios propuestos no se limitan a esto. El Banco de España insiste nuevamente en la necesidad de modificar la cuantía y duración de las prestaciones para fomentar la creación de empleo, proponiendo reducir la duración del subsidio en un 5% y aumentar la cuantía mensual en 2 puntos. También critica la falta de coordinación entre el Estado y las comunidades autónomas, lo que impide una activación efectiva de los programas y requisitos.

El análisis reconoce el buen momento del empleo actual, pero advierte sobre tensiones que podrían obstaculizar su crecimiento futuro. Destaca la pérdida de competitividad de España respecto a otros países de la Unión Europea y señala la incapacidad del mercado para incrementar la productividad. Para abordar esta situación, propone aprovechar las oportunidades que ofrece la innovación y las nuevas tecnologías en la industria, algo que ya está dando resultados en el sector manufacturero. Además, plantea una profunda reforma de las políticas de empleo para alinear la oferta y la demanda.

Específicamente, el Banco de España señala un aumento en el número de empresas que indican que la falta de mano de obra limita su actividad, pasando del 25% a principios de 2022 al 42,5% a finales de 2023. El diagnóstico del regulador destaca una desconexión entre los requerimientos de habilidades de los nuevos puestos de trabajo y las cualificaciones de los trabajadores desempleados, lo que afecta la eficiencia del emparejamiento laboral.

En este sentido, el Banco de España insiste en la necesidad de adaptar el sistema educativo y la formación ocupacional a las nuevas tecnologías y el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA), situando este aspecto como una prioridad en la agenda de reformas estructurales del Gobierno.

Además, el informe identifica el envejecimiento del trabajador medio como otro reto para el mercado laboral, con una edad promedio que ha aumentado de 37,5 a 43,5 años en dos décadas. Para mitigar este efecto, propone una combinación de medidas, incluyendo reformulaciones en las políticas migratorias para atraer inmigrantes que satisfagan las necesidades laborales derivadas de las futuras jubilaciones.

Por último, el documento recomienda revisar la redacción de los despidos objetivos para evitar su uso injustificado. El Banco de España destaca que los despidos objetivos en España son más frecuentes que en otros países, y propone avanzar en la definición de las causas objetivas de despido y en la reducción de la incertidumbre asociada a estos procesos.

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