(El Economista, 22-05-2025) | Laboral
La patronal está concentrando todos sus esfuerzos en frenar la propuesta de reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, centrando su estrategia en el primer trámite parlamentario: el debate de totalidad en el Congreso de los Diputados. Para ello, lleva meses manteniendo reuniones con distintos grupos parlamentarios con el objetivo de que alguno presente una enmienda a la totalidad que, de prosperar, devolvería el texto al Gobierno para su revisión. Por ahora, únicamente Junts ha expresado públicamente su intención de presentar dicha enmienda, aunque la CEOE está tratando de convencer también al PP y a Vox para que se sumen a esta iniciativa, según explicó el presidente de Foment del Treball en la última Junta Directiva de la organización y han confirmado fuentes del entorno empresarial.
El líder de Foment ha asumido un papel protagonista en estos contactos, con el respaldo de Antonio Garamendi, aprovechando su cercanía con Junts, formación clave para el futuro de la propuesta impulsada por la ministra Yolanda Díaz. Tal como transmitió a los empresarios reunidos esta semana, el objetivo es formar un frente común desde la derecha parlamentaria para oponerse a la reforma, no solo votando en contra, sino también presentando iniciativas similares a la de Junts que frenen el avance del proyecto. Esta maniobra permitiría asegurar que el debate de totalidad se celebra, incluso si Junts llegase a un pacto con el Ministerio de Trabajo para retirar su enmienda.
Aunque los partidos implicados aún no han definido su posición final, desde la patronal se da por hecho el rechazo de Vox a la reforma, y se confía en la sintonía ideológica con el PP, pese a que este último aún no ha tomado una decisión definitiva. Cabe recordar que Vox ya votó en contra de una proposición no de ley en febrero de 2024 para reducir la jornada laboral, mientras que el PP optó entonces por abstenerse, lo que generó inquietud en el sector empresarial y cierta expectativa en el Gobierno.
El panorama inmediato es incierto, ya que ni los sindicatos ni los empresarios con vínculos estrechos con Junts tienen clara la postura final que adoptará la formación catalana. No obstante, se da por hecho que Junts utilizará la negociación para obtener concesiones que podrían estar al margen del contenido estrictamente laboral del proyecto. En este contexto, Sánchez Llibre trató de lanzar un mensaje de calma a las organizaciones representadas en la CEOE, aunque muchos de los presentes mostraron dudas.
Según diversas fuentes, durante la reunión un empresario preguntó a Garamendi si existía un "plan B" en caso de que la estrategia de tumbar la tramitación en el debate de totalidad fracasara. El presidente de la CEOE evitó dar una respuesta concreta, aunque no descartó una futura negociación para suavizar los aspectos de la norma que generan mayor rechazo entre los empresarios. Además de reducir la jornada laboral máxima de 40 a 37,5 horas semanales, la propuesta legislativa también refuerza las exigencias del registro horario y endurece las sanciones para las empresas que no cumplan.
Este asunto fue uno de los principales temas tratados en la primera reunión de la CEOE tras las elecciones en Cepyme, en la que por primera vez Ángela de Miguel ocupó una posición destacada junto a Garamendi. Por su parte, Gerardo Cuerva, actual presidente de la Confederación Granadina de Empresarios (CGE), se situó en un lugar lateral de la sala. Durante la reunión, Garamendi le dedicó unas palabras de reconocimiento, que fueron recibidas con un aplauso. Sin embargo, fue Sánchez Llibre quien hizo un llamamiento a la unidad empresarial, con el que se dio por cerrada la reciente división interna provocada por los comicios.