(Expansión, 28-07-2025) | Fiscal
La Comisión Europea ha iniciado el proceso de modernización del marco del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) en el ámbito de los viajes y el turismo. A través de una consulta pública, Bruselas pretende recoger opiniones que sirvan de base para una reforma legislativa profunda, con el objetivo de eliminar distorsiones en el mercado, simplificar trámites administrativos y alinear la fiscalidad con los objetivos de sostenibilidad y digitalización de la Unión Europea.
El sector turístico no es un actor menor en la economía europea: representa en torno al 10% del PIB de la UE y, en países como España, se espera que alcance un peso del 13,2% del PIB en 2025, según datos de Exceltur. Este sector genera empleo para millones de personas, principalmente a través de pequeñas y medianas empresas (pymes), que son el pilar del tejido turístico. No obstante, la normativa fiscal vigente se considera obsoleta y genera desigualdades que afectan la competitividad de las empresas europeas frente a operadores de fuera del continente.
La consulta, que estará abierta durante 12 semanas, invita a participar a todas las partes interesadas, desde los Ministerios de Hacienda de los países miembros hasta grandes compañías turísticas, pequeñas empresas del sector y la ciudadanía en general. Las respuestas recibidas servirán de base para una propuesta legislativa prevista para 2026.
El debate se centra especialmente en dos áreas conflictivas. El régimen especial del IVA para agencias de viajes y turoperadores, que actualmente tributan en función del margen de beneficio y según el país donde tienen su sede. Esta fórmula ha generado desequilibrios, ya que una agencia ubicada fuera de la UE puede vender paquetes turísticos a clientes europeos sin aplicar el IVA comunitario, obteniendo así una ventaja competitiva frente a agencias europeas que sí deben tributar. Esta situación, según la Comisión, perjudica a los negocios locales y provoca pérdidas fiscales para los Estados miembros.
La aplicación del IVA al transporte de pasajeros, que se calcula según los kilómetros recorridos en cada país. Para una empresa que realiza rutas internacionales, como un trayecto en autobús entre Lisboa y Múnich, esto implica una carga burocrática excesiva, al tener que declarar el IVA correspondiente a cada tramo en diferentes países con normativas distintas. Esta complejidad afecta sobre todo a las pymes, que no siempre cuentan con los recursos necesarios para gestionarlo.
Además, estas reglas generan desigualdades entre distintos modos de transporte. Por ejemplo, un trayecto corto en avión puede tener un tratamiento fiscal distinto al de un viaje similar en tren, lo que contradice los principios del Pacto Verde Europeo, que busca fomentar opciones de transporte más sostenibles. Con el fin de asegurar una participación amplia, la Comisión Europea ha puesto a disposición un cuestionario en todas las lenguas oficiales de la UE, para que cualquier interesado pueda contribuir con su visión a esta reforma.