(Expansión, 04-07-2024) | Fiscal

Consenso, transparencia y ambición. Estas son algunas de las claves que España debe activar para abordar con éxito los ajustes derivados de las nuevas reglas fiscales europeas. Así lo expresó ayer la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) al presentar su informe de Opinión sobre la nueva gobernanza fiscal europea. En él, insta al Ministerio de Hacienda a involucrar a las comunidades autónomas en el diseño del plan estructural de ajustes que se debe presentar en septiembre; a hacer público el límite de gasto neto impuesto por Bruselas; y a encarar una revisión integral tanto del marco fiscal nacional como del sistema de financiación regional.

"En un país descentralizado como el nuestro, el éxito del conjunto depende del éxito de las partes. Por ello, el éxito del plan de ajuste estructural depende de lograr el consenso más amplio posible", afirmó ayer la presidenta de la AIReF, Cristina Herrero. Insistió en que el diseño del plan debe contar con la "participación de todas las administraciones públicas, incluyendo comunidades autónomas y entes locales". "Incluso sería deseable que pase por el Parlamento nacional, aunque no requiera su aprobación, al menos debería ser informado", añadió.

Las nuevas reglas fiscales reactivan los viejos límites comunes de un déficit del 3% del PIB y una deuda del 60%, pero permiten a cada país personalizar su senda de consolidación según su situación de partida. Los países incumplidores deberán presentar en septiembre a la Comisión Europea un plan de ajustes a cuatro años vista, o siete si incluye reformas estructurales, que asegure que la deuda pública se sitúe en una trayectoria descendente a los 10 años de su conclusión. En el caso de España, que aspira a reducir el déficit al límite del 3% a finales de este año, el gran desafío será la deuda. Aunque ha bajado del 125% al que llegó en 2021 al 108%, la AIReF estima que se estabilizará en torno al 100% a finales de esta década y volverá a subir en la próxima.

Aunque la reducción de la deuda es el gran objetivo del nuevo marco de gobernanza, la variable operativa que determinará la aplicación de las nuevas reglas fiscales será el límite de gasto primario neto de medidas de ingresos. Este tope se calcula para cada país según la evolución inercial de su deuda, su comportamiento bajo escenarios de estrés y shocks previos. Bruselas comunicó a cada país su trayectoria de referencia el pasado 21 de junio, y países como Austria y Holanda ya las han hecho públicas. Ayer, la AIReF instó al Gobierno español a hacer lo mismo en un ejercicio de transparencia que, de momento, el Ministerio de Hacienda no ha realizado.

Los cálculos de la AIReF indican que el límite del aumento del gasto neto de medidas de ingresos para España será del 2,7%, frente al 3,8% al que tiende y el incremento superior al 4,5% registrado en los últimos años. "Si el gasto sigue como hasta ahora, crecería en 26.000 millones cada año, y habría que reducirlo en 10.000 millones para cumplir la tasa de gasto", explica Lucía Rodríguez, subdirectora de la división de análisis económico de la AIReF, añadiendo que a cuatro años vista, ese ajuste anual sería de 0,63 puntos del PIB. Sin embargo, la AIReF asume que España optará por un plan a siete años, lo que implicaría un ajuste anual de 0,43 puntos, "unos 7.000 millones" al año hasta 2031.

Dado que la Administración Central concentra más del 70% de la deuda pública del país, pero las administraciones territoriales gestionan casi el 50% del gasto, la AIReF considera fundamental involucrar a las autonomías en el diseño del plan, aprovechando el Consejo de Política Fiscal y Financiera que Hacienda ha anunciado para finales de junio, e incluso convocando una conferencia de presidentes regionales. Paralelamente, la AIReF ve necesario "modificar el marco fiscal nacional" para adaptarlo al europeo y abordar la reforma del sistema de financiación autonómica.

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