(Expansión, 03-02-2025) | Mercantil, civil y administrativo

El presidente Donald Trump hizo efectivas este sábado sus amenazas en materia comercial al imponer aranceles del 25% a los productos procedentes de Canadá y México, así como un arancel del 10% a las importaciones desde China. La medida fue oficializada mediante tres órdenes ejecutivas firmadas en su residencia privada de Mar-a-Lago, Florida, y entrará en vigor a partir de las 00:01 del martes 4 de febrero, según la hora de Washington.

El argumento esgrimido por la administración estadounidense se basa en la presunta participación de los tres países en el tráfico de fentanilo y otras drogas hacia Estados Unidos, lo que, según Trump, pone en peligro la estabilidad social del país. En sus declaraciones, lanzó duras acusaciones contra los gobiernos de México y China.

Las órdenes ejecutivas incluyen una advertencia a los países afectados para que no respondan con medidas similares, bajo la amenaza de aumentar aún más los aranceles o extenderlos a más productos. Sin embargo, tanto Canadá como México ignoraron la advertencia y anunciaron represalias en cuestión de horas.

En México, causó gran malestar la afirmación de que los cárteles del narcotráfico mantienen una "alianza inaceptable con el Gobierno mexicano", lo que supuestamente representa una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos. La presidenta Claudia Sheinbaum rechazó categóricamente dichas acusaciones en un mensaje publicado en la red social X, donde denunció la postura de la Casa Blanca como una calumnia e intentó injerencista.

Además, Sheinbaum anunció la implementación de medidas arancelarias y no arancelarias en defensa de los intereses de México, bajo lo que denominó como su "plan B", que será ejecutado por el secretario de Economía en los próximos días. El comercio con Estados Unidos es crucial para México, ya que en 2023 las exportaciones al país vecino representaron casi el 30% del PIB mexicano, según un informe del Instituto Mexicano de Competitividad (IMCO) citado por la agencia Efe.

Por su parte, Canadá tampoco permaneció inactivo. El primer ministro Justin Trudeau anunció represalias comerciales, imponiendo un arancel del 25% sobre productos estadounidenses equivalentes a 155.000 millones de dólares en intercambios comerciales. Según Trudeau, la primera fase de estas tarifas afectará 30.000 millones de dólares en importaciones de Estados Unidos, mientras que otros 121.000 millones de dólares serán gravados tres semanas después, permitiendo a las empresas canadienses buscar alternativas.

Canadá ha calificado la decisión de Trump como una "declaración de guerra comercial", y algunos analistas advierten que, si los aranceles se mantienen, el país podría entrar en recesión en seis meses. A pesar de que Trump había anticipado esta medida en varias ocasiones, su implementación representa un golpe significativo al T-MEC, el tratado de libre comercio que vincula a los tres países desde 1994 bajo el principio de libre mercado. Ante esta situación, Trudeau y Sheinbaum sostuvieron una conversación para coordinar una respuesta conjunta.

Mientras tanto, China reaccionó este domingo con firmeza, anunciando que tomará "las contramedidas necesarias" para defender sus derechos e intereses, tras la decisión de Estados Unidos de imponer un 10% de aranceles a sus productos. El Ministerio de Comercio chino expresó su oposición a la medida y adelantó que presentará una queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por considerar que las acciones de Washington son ilegales.

Además, la Casa Blanca no solo responsabilizó a China de la inacción frente al tráfico de drogas, sino que la acusó directamente de fomentar la producción y exportación de fentanilo. Según el comunicado de la administración Trump, el Partido Comunista Chino subvenciona e incentiva a empresas químicas para exportar precursores usados en la producción de opioides sintéticos ilegales en Estados Unidos.

Por su parte, Pekín respondió que Washington debería examinar de manera objetiva y racional sus propios problemas relacionados con el fentanilo en lugar de recurrir a amenazas comerciales contra otros países. Finalmente, la Casa Blanca oficializó su advertencia a China, similar a la dirigida a Canadá y México: si el gigante asiático decide responder con represalias comerciales, Trump se reserva el derecho de aumentar aún más los aranceles o expandir su alcance.

El pasado 23 de enero, el portavoz de Comercio de China, He Yadong, advirtió que la imposición de tarifas afectará tanto a la economía china como a la estadounidense y a la estabilidad global. Por su parte, expertos en Pekín sostienen que la medida solo incrementará los costos para consumidores y empresas en Estados Unidos y alterará las cadenas de suministro internacionales.

La mecha de la guerra comercial a gran escala ha prendido apenas dos semanas después de que Donald Trump haya tomado posesión como 47º presidente de los Estados Unidos (EEUU) y parece inevitable un estallido a gran escala que afecte a la red internacional de intercambio de bienes. Ni 24 horas habían pasado desde que el presidente de EEUU firmara las órdenes ejecutivas para la entrada en vigor de los gravámenes del 25% sobre las importaciones de México y Canadá (y de 10% sobre la energía canadiense), y un arancel adicional del 10% sobre China, y el presidente de canadiense, y Justin Trudeau, confirmó el choque frontal al anunciar la imposición, en respuesta, de aranceles también del 25% sobre productos estadounidenses por valor de 150.000 millones de euros (155.000 millones de dólares). "Canadá está preparada", aseguraba el mandatario en una publicación en X en la que adelantaba la primera respuesta a las medidas adoptadas por Trump que entrarán en vigor a partir del 4 febrero.

Por su parte, China también se ha revuelto ante la medida arancelaria. Por el momento no ha detallado en que consistirá la réplica pero sí ha prometido reciprocidad, y también confirmó a través de un comunicado del Ministerio de Comercio que elevará una denuncia contra EEUU ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). "Las medidas arancelarias adicionales unilaterales constituyen una grave violación de las normas de la OMC y socavan la cooperación económica y comercial normal entre los dos países", advierten desde Pekín instando a la Administración estadounidense a "enfrentar los problemas directamente, entablar un diálogo franco, fortalecer la cooperación y gestionar las diferencias" entre ambas potencias.

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