(Cinco Días, 13-11-2025) | Mercantil, civil y administrativo
El cierre más prolongado del Gobierno federal en la historia de Estados Unidos llegó a su fin después de que el presidente Donald Trump firmara la ley de financiación gubernamental, tras una ajustada votación en la Cámara de Representantes. Esta cámara, controlada por los republicanos, aprobó el miércoles por la noche la medida que el Senado había ratificado el lunes, con el objetivo de reabrir el Gobierno y asegurar su financiación hasta finales de enero.
El proyecto fue remitido de inmediato al despacho presidencial para su promulgación, poniendo fin a un cierre de 43 días que dejó a miles de empleados federales sin salario, interrumpió programas de asistencia social y provocó caos en los aeropuertos debido a cancelaciones y retrasos de vuelos.
"Los extremistas del otro partido insistieron en causar el cierre más largo en la historia del país, motivados únicamente por razones políticas", declaró Trump antes de firmar la ley, responsabilizando al Partido Demócrata. "Cuando lleguen las elecciones de mitad de mandato y otros comicios, recuerden lo que hicieron a nuestra nación", añadió. Se prevé que los servicios federales reanuden sus operaciones en los próximos días y que las restricciones en los vuelos nacionales se vayan levantando de manera progresiva.
El presidente de la Cámara, el republicano Mike Johnson, logró sacar adelante la iniciativa pese a la ajustada mayoría de su partido. Todos los republicanos, excepto dos, votaron a favor del proyecto, junto con seis demócratas provenientes de distritos que Trump ganó en las elecciones presidenciales pasadas.
Tras la votación, Johnson acusó a los demócratas de haber orquestado una "maniobra política egoísta" para prolongar un cierre que calificó de "inútil y absurdo". "Ahora que los republicanos hemos logrado poner fin al cierre promovido por los demócratas, esperamos seguir adelante con nuestra agenda legislativa para ofrecer resultados concretos al pueblo estadounidense", señalaron Johnson y otros líderes republicanos en un comunicado conjunto.
El acuerdo fue alcanzado durante el fin de semana en negociaciones privadas entre senadores de ambos partidos. Este pacto revierte los despidos de empleados federales dispuestos por la Casa Blanca y garantiza el pago retroactivo de sus salarios.
Sin embargo, el consenso provocó divisiones entre los demócratas, muchos de los cuales criticaron a sus senadores por ceder ante Trump y los republicanos. Durante seis semanas, los demócratas condicionaron la reapertura del Gobierno a la preservación de los créditos fiscales para la asistencia sanitaria, que expiran a fin de año.
Aunque el acuerdo no asegura la extensión de dichos créditos, sí garantiza que el tema será sometido a votación el próximo mes. Hakeem Jeffries, líder demócrata en la Cámara de Representantes, había instado a sus colegas a rechazar la medida.
En declaraciones hechas el miércoles por la mañana frente al Capitolio, Jeffries afirmó que la propuesta "no resuelve la crisis sanitaria creada por los republicanos ni amplía los créditos fiscales contemplados en la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio".
Este cierre superó con creces el récord anterior de 35 días, también ocurrido durante el primer mandato de Trump. Además de afectar a cientos de miles de empleados públicos, puso en riesgo las prestaciones sociales para los estadounidenses con menos recursos, incluidos más de 40 millones de beneficiarios del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria, que proporciona ayudas alimentarias.