(El País, 19-06-2025) | Laboral

La reducción de la jornada laboral, uno de los compromisos más destacados del acuerdo de Gobierno entre el PSOE y Sumar, se enfrenta a serios obstáculos para salir adelante. Sin el apoyo de Junts, y teniendo en cuenta la oposición ya manifestada por PP y Vox, el proyecto corre el riesgo de fracasar. Si estas tres formaciones suman fuerzas y presentan una enmienda a la totalidad, el proceso legislativo tendría que comenzar nuevamente desde el principio.

Esta iniciativa, considerada la propuesta más emblemática de Yolanda Díaz y su ministerio, fue acordada con los sindicatos UGT y CCOO tras casi un año de negociaciones en el ámbito del diálogo social. Sin embargo, no contó con el respaldo de las organizaciones empresariales CEOE y Cepyme, lo que ha sido el principal argumento del PP para no apoyar la medida en el Congreso.

Junts, por su parte, también ha expresado su oposición basándose en ese mismo rechazo empresarial. Su portavoz en la Cámara Baja, Miriam Nogueras, anunció a principios de mayo la presentación de una enmienda a la totalidad al considerar que el texto representa "un ataque directo a los autónomos y a las pequeñas y medianas empresas catalanas". Además, criticó que la norma se haya pactado exclusivamente con "sindicatos españoles".

La diputada también argumentó que la reducción de jornada interfiere en la negociación colectiva y que, en realidad, "el principal beneficiado es el Estado español, que continúa cargando a nuestras pymes y autónomos". Calificó además la propuesta como una simple "estrategia propagandística" que no responde a los problemas reales de la ciudadanía.

Antes de que Junts registrara oficialmente su enmienda, Yolanda Díaz declaró en RTVE que el Gobierno estaba dialogando con todas las formaciones. "Estamos negociando con Junts", afirmó, al tiempo que expresó su deseo de que los partidos "estén a la altura de lo que necesita el país", recordando que "12,5 millones de personas trabajadoras" podrían beneficiarse de esta reforma. Díaz también aseguró que, independientemente del futuro parlamentario de la norma, la reforma del registro horario se llevará a cabo, ya que no requiere necesariamente un trámite legislativo.

El Partido Popular no ha aclarado aún si presentará su propia enmienda a la totalidad o si respaldará la de Junts. Vox, por su parte, también ha rechazado el recorte de la jornada laboral, aunque no ha especificado si apoyará la iniciativa de los independentistas catalanes. Junts ha sido la única formación que ha confirmado sin ambigüedades su intención de devolver el proyecto al Ejecutivo mediante una enmienda, citando el rechazo de las principales patronales catalanas, especialmente de Pimec, que representa a la mayoría de pequeñas y medianas empresas de la región. Representantes de Junts han justificado su postura afirmando que la medida perjudica al tejido empresarial que constituye la base de su electorado.

En el pleno en el que se debata esta cuestión, los partidos tendrán que votar sobre la enmienda a la totalidad. Si esta prospera -algo que ocurriría con el respaldo conjunto de Junts, PP y Vox-, el proceso legislativo quedaría paralizado y el Gobierno se vería obligado a volver a redactar la propuesta desde cero.

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