(Cinco Días, 16-04-2024) | Laboral

De los 1,42 millones de trabajadores con contrato fijo discontinuo contabilizados hacia finales de 2022, apenas la mitad estaban efectivamente empleados en su trabajo principal, mientras que el resto se encontraba inactivo. Una de las incertidumbres fundamentales que plantea la última reforma laboral es la utilidad de la figura de los fijos discontinuos para trabajadores y empresas, al mantener el vínculo laboral más allá de los periodos de actividad, o si, por el contrario, constituye una "trampa de pobreza" al mantener a muchos empleados ligados a trabajos de baja intensidad.

Además, surge la pregunta de cuántos de aquellos contratados como fijos discontinuos realmente trabajan. Los expertos no son optimistas al respecto, ya que indican que uno de cada cuatro trabajadores en esta situación requiere un segundo empleo, las empresas utilizan esta modalidad para inducir la salida de empleados, y hasta medio millón de contratados no están efectivamente trabajando.

Según un estudio reciente de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), que considera los datos más recientes proporcionados por el Gobierno tras nueve meses de aplicación de la reforma, medio millón de los fijos discontinuos identificados a finales de 2022 no están trabajando. Específicamente, según este estudio, titulado "¿Cuántos son los trabajadores fijos discontinuos?", solo 731.000 trabajadores estaban activos en su empleo principal, mientras que otros 753.000 no tenían actividad. No obstante, si se excluye de este último grupo a quienes estaban empleados en otros trabajos, se evidencia que hasta 518.000 trabajadores contratados como fijos discontinuos se encontraban sin actividad laboral.

El cálculo de los fijos discontinuos inactivos ha generado controversia debido a las reticencias del Ministerio de Trabajo para divulgar estos datos, y la desconfianza en las cifras finalmente proporcionadas por Yolanda Díaz, que reportan 119.400 personas. Fedea, por otro lado, basándose en el análisis de la Muestra Continua de Vidas Laborales, multiplica esta cifra por cuatro para el año 2022. Es probable que este número haya continuado aumentando en el último año, dado el crecimiento en la adopción de este tipo de contrato, con 4,9 millones de registros hasta marzo de este año.

Según los investigadores Marcel Jansen y Florentino Felgueroso, el mantenimiento del número de contratos fijos discontinuos en años posteriores a la implementación de la medida, con cifras considerablemente superiores al incremento de la ocupación según la Encuesta de Población Activa del INE, podría indicar la baja actividad real de muchos de estos contratos. Además, el estudio señala que este tipo de contratos estaría relacionado con el notable aumento de renuncias voluntarias a empleos permanentes, que se ha multiplicado por cuatro en los últimos años. La razón radica en que muchas empresas optan por contratos fijos discontinuos en lugar de temporales debido al ahorro en cotizaciones (1,2% del salario bruto para la empresa), y mantienen a estos trabajadores en inactividad para reducir costos laborales. Esta falta de ingresos recurrentes lleva a muchos trabajadores a considerar la renuncia a sus empleos, lo cual ahorra costos de despido para las empresas.

Por ello, Felgueroso ha instado a implementar medidas que aumenten la frecuencia y duración de los llamamientos, como una compensación mínima durante los períodos de inactividad o la introducción de un sistema de bonus-malus que aumente las cotizaciones sociales para empresas con altas tasas de rotación y las reduzca para aquellas con tasas más bajas.

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