(El Periódico, 27-02-2025) | Mercantil, civil y administrativo
La Comisión Europea ha dado a conocer este miércoles su Plan de Industria Limpia, cuyo propósito es equilibrar la meta de alcanzar la neutralidad climática con la necesidad de fortalecer la competitividad económica en Europa. Para estimular la demanda, Bruselas apuesta por priorizar la compra pública de tecnologías limpias producidas dentro de la UE.
El plan busca mantener el compromiso con los objetivos climáticos al tiempo que refuerza la economía europea. Para lograrlo, se plantea reducir los costes energéticos, incentivar la inversión tanto pública como privada, establecer alianzas internacionales y mitigar los efectos sociales de la transición ecológica.
Una de las medidas clave para impulsar la demanda de productos sostenibles es favorecer a las empresas europeas en las adquisiciones públicas dentro de sectores estratégicos. Con esta estrategia, la Comisión espera que el 40% de los componentes esenciales para el desarrollo de tecnologías limpias se fabriquen en la UE, lo que contribuirá a reducir la dependencia de mercados externos y fortalecer la industria comunitaria. Como parte de este esfuerzo, el próximo año se revisará el marco de contratación pública y se presentará una Ley de Aceleración de la Descarbonización Industrial.
La Comisión ha esbozado las principales líneas de su plan y, en los próximos meses, detallará medidas específicas para los sectores más afectados por la transición ecológica, como la automoción, el acero, los metales, la industria química y las tecnologías limpias. El objetivo es generar incentivos que impulsen la descarbonización en industrias con un alto consumo energético, con la meta final de alcanzar la neutralidad climática en 2050.
En un informe presentado el año pasado, el expresidente del Banco Central Europeo Mario Draghi estimó que Europa necesita invertir 800.000 millones de euros anuales para mantenerse competitiva frente a potencias como Estados Unidos y China. La Comisión Europea calcula que su plan podría reducir esa cifra en 100.000 millones, además de generar garantías por valor de 1.000 millones.
Para financiar este proceso, Bruselas propone trabajar con el Banco Europeo de Inversiones, destinando recursos a proyectos de innovación y tecnologías limpias. También plantea fortalecer fondos ya existentes, como el Fondo para la Innovación, e incluso crear un "Banco para la Descarbonización Industrial".
Otra de las iniciativas es la flexibilización de las ayudas estatales, permitiendo que los gobiernos puedan invertir más en la transición ecológica. En este sentido, los proyectos de interés europeo se presentan como una vía clave, especialmente en sectores con un alto consumo energético. Además, se contempla el uso de incentivos fiscales para facilitar la transición industrial.
La Comisión también ha anunciado la movilización de 90.000 millones de euros a través del programa Erasmus Plus para abordar los retos sociales de la descarbonización. Se pretende ayudar a los trabajadores de sectores industriales a desarrollar nuevas habilidades y evitar que queden rezagados en este proceso de transformación. Para ello, se creará un Observatorio para una Transición Justa que analizará el impacto social de estas medidas.
En el ámbito internacional, el plan apuesta por diversificar la estrategia comercial de la UE, buscando acuerdos específicos en sectores clave, como las tecnologías limpias. Además, la Comisión pretende reforzar la cooperación con otros países para garantizar condiciones de competencia equitativas para las empresas europeas.
Bruselas también ha manifestado su intención de combatir prácticas comerciales desleales, como el exceso de producción en ciertos mercados, con especial atención a China. Una herramienta clave en este sentido es el Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera, que impone un coste a las emisiones de carbono generadas en la producción de bienes importados a la UE, protegiendo así a las empresas europeas que operan bajo estándares ambientales más estrictos.
Por último, la Comisión ha presentado un paquete de simplificación normativa para hacer estas reglas más efectivas y reducir las exigencias a pequeños importadores, asegurando que la transición hacia una industria más limpia sea viable y sostenible para todas las partes involucradas.