(Expansión, 17-04-2024) | Fiscal

Los datos recientes de la Agencia Tributaria de Estados Unidos revelan una marcada dependencia del 1% más rico de la población. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, repite la frase "los ricos tienen que pagar su parte" en cada ocasión que puede. Estamos en un año electoral y el candidato demócrata, quien tributa en el estado de Delaware, considerado casi como un paraíso fiscal, está recurriendo a promesas antiguas incumplidas para tratar de ganar votos frente a Donald Trump, un rico que no paga su parte porque, según él, Hacienda le devuelve dinero.

Pero ¿todos son como Donald Trump? Bill Gates, el fundador de Microsoft y uno de los hombres más ricos del planeta, paga un 18% en impuestos. Es más de lo que paga el expresidente de Estados Unidos, pero sigue siendo siete puntos por debajo de lo que paga un estadounidense promedio. ¿Es esto ingeniería fiscal? Probablemente. Sin embargo, no se puede negar que gran parte de los ahorros fiscales se deben a su filantropía. A través de su fundación familiar, ha donado más de 59.000 millones de dólares en un cuarto de siglo, aproximadamente lo que vale BBVA en Bolsa.

Bill Gates, Jeff Bezos, Warren Buffett... son nombres que vienen a la mente cuando se habla de grandes fortunas, pero hay muchos más anónimos. Estados Unidos es el país con más millonarios del mundo, según Credit Suisse. Alrededor de 25 millones de personas, el 39% de todos los millonarios del mundo, viven y tributan en el sueño americano.

Estos individuos son responsables de más de la mitad de los ingresos que recauda Hacienda cada año, según los últimos datos publicados por la Agencia Tributaria (IRS). De hecho, solo el 1% más rico de los contribuyentes aporta el 45,8% de toda la recaudación anual. Aquí es cuando Biden repite su llamado a que "paguen su parte".

Pero ¿y si ya lo estuvieran haciendo? Este 1% de contribuyentes, que representa casi la mitad de la recaudación, concentra solo el 26% de los ingresos totales declarados a Hacienda. El 85% de la población estadounidense genera la mayor parte de la riqueza del país en un año, pero su contribución a las arcas públicas no alcanza ni el 25%. Gracias a deducciones fiscales y a un sistema de impuestos progresivo, la contribución fiscal está alineada con los ingresos.

Por ejemplo, la mitad de los estadounidenses se consideran de bajos ingresos, ganando menos de 46.500 dólares al año (43.700 euros), y su contribución fiscal es mínima. El 50% de los contribuyentes aporta menos del 2,5% de la recaudación total.

El siguiente grupo, personas con ingresos entre 46.500 y 94.500 dólares al año (88.800 euros), representa el 25% del total de contribuyentes y aporta el 8,4% de la recaudación. El único grupo cuya contribución fiscal está alineada con sus ingresos es el formado por contribuyentes que ganan entre 253.000 y 682.000 dólares al año (238.000 y 640.000 euros). Declaran el 10,6% de los ingresos totales y aportan el 10,2% de la recaudación.

Si observamos las series históricas de los últimos 25 años en Estados Unidos, queda claro que la contribución total de los contribuyentes que ganan menos de 253.000 dólares al año ha disminuido, mientras que la de los millonarios ha aumentado de poco más del 30% a más del 45% del total.

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